Franziskaner, todo un icono cervecero

Hoy voy a hablar de una de las cervezas de trigo más conocidas mundialmente, la Franziskaner. Aquí en España, es quizás la cerveza de trigo más extendida y conocida, junto con la Paulaner, ya que es bastante fácil de conseguir, prácticamente en cualquier gran superficie, y a un precio muy asequible comparándola con otras cervezas de trigo de importación, como la Schneider, o la Schöfferhoffer.
La Franziskaner (la web está en alemán o inglés, para los interesados) es una cerveza proveniente de Alemania, cuyas raíces se encuentran en el sur de Baviera, cerca de mi querida Munich. Es una cerveza fácilmente identificable por utilizar en su etiquetado la imagen de un monje franciscano, de ahí el nombre que recibe en alemán. Fue Ludwig Hohlwein en 1935, el encargado de diseñar el monje Franciscano mencionado,
siendo a partir de entonces el logotipo utilizado para la Franziskaner, llegando a constituir todo un icono para los amantes de la cerveza a nivel mundial.
De nuevo los monjes, aparecen como protagonistas íntimamente unidos a la producción de una cerveza. Como ya he comentado en algún post anterior, los monjes fueron los encargados de guardar celosamente las recetas de producción de la cerveza durante la Edad Media, y que posteriormente transmitían de unos monjes a otros, con el fin de hacer preservar la tradición cervecera. Los monasterios, así pues, constituyeron los principales centros de elaboración de la cerveza en la vieja Europa durante siglos, ya que las comunidades monacales, eran las que podían disponer de medios y tiempo para la producción de cerveza, la cual estaba destinada principalmente al consumo de la nobleza (en muchas ocasiones por encargo) y el propio clero.
En 1363 Seidl Vaterstetter funda la primera cervecería no perteneciente a la corte, ya que en particular la producción de cerveza de trigo en esta época, era un privilegio, casi reservado a la propia nobleza.
Este cervecería se encontraba situada en la Residenzstrasse de Munich (Alemania), al lado de un monasterio de monjes franciscanos, y por eso recibió el nombre "Bräustätt bey den Franziskanern" (La cervecería al lado de los Franciscanos). Históricamente, la cervecería pasó por muchos dueños hasta llegar al siglo XX, donde la historia de Franziskaner discurrirá en paralelo a otra conocida marca alemana de cerveza, la Spaten.
En plena crisis tras la Primera Guerra Mundial, en 1922, para poder superar mejor las dificultades de la postguerra, el propietario de Spatenbräu, Gabriel Sedlmayr y Joseph Sedlmayr, propietario de Leist-Franziskanerbräu, deciden fusionar ambas compañías fundando una nueva compañía cuyo largo nombre sería "Gabriel und Joseph Sedlmayr Spaten-Franziskaner-Leistbräu" (toda un reto a la hora de pedir la enésima cerveza en la barra, para cualquier parroquiano de la típica taberna con tres o cuatro cervezas entre precho y espalda, y si no es alemán, roza el límite de lo imposible).Junto con esta fusión, ambos empresarios firmaron una acuerdo con uno de los gigantes cerveceros alemanes, la Lowenbräu.
Tras la Segunda Guerra mundial surgen problemas de abastecimiento, por falta de materia prima y las restricciones que impuso el gobierno militar provisional de los aliados. No es hasta la siguiente década, en los 50, cuando de nuevo la cerveza alemana empieza a resurgir llegando a ser exportada primero a Europa y después a América.
Posteriormente, en la década de los ochenta, el año 1984 cocnretamente, se convierte en un año clave para la historia de Franziskaner, ya que la cerveza de trigo elaborada por Spaten, se separa del resto de la gama de cervezas producidas, y a partir de entonces es comercializada con propio y definitivo nombre: Franziskaner.A partir de entonces empezó su gran éxito.
A pesar del acuerdo que existía entre la Löwenbrau y Spaten-Franziskaner desde los años 20, es en el año 1997 cuando esta unión alcanza otra dimensión, llegando a fusionarse, creando el Spaten-Franziskaner Löwenbrau Gruppe. Las fábricas de las antiguas compañías se encuentran físicamente colindantes, aunque siguen manteniendouna cierta rivalidad como estrategia empresarial para reafirmar la imagen de marca de cada cerveza.
La nueva compañía que surgió de aquella fusión, es hoy por hoy uno de los principales grupos cerveceros de Alemania, llegando a producir varios millones de hectolitros de cerveza al año, y manteniendo participación en otras compañías cerveceras de prestigio. Franziskaner fabrica 3 variantes (al menos son las que conozco) de cervezas de trigo: La Hell, la Dunkel y la Kristall. Las 3 las podéis encontrar fácilmente en la sección de cervezas de importación de las grandes superficies como Alcampo, Carrefour o Hipercor, y son fácilmente identificables por el logo del franciscano, y el color de la etiqueta, que puede ser dorado (Hell), burdeos (Dunkel) o gris plata (Kristall).

Cata:
Para poder disfrutar esta cerveza, al igual que sucede con el resto de la familia de las cervezas de trigo, es necesario a la hora de servirla, seguir el siguiente sencillo procedimiento:
- Utilizar en primer lugar el vaso adecuado: El vaso idóneo para las cervezas de trigo es un vaso largo de cristal, cuya capacidad suele ser de 50 cl. Tiene una forma un tanto aflautada, siendo más estrecho
en la base, y ensanchándose en la parte superior. Lo bueno de la Franziskaner, es que en muchas ocassiones existe alguna oferta para comprarla en pack, que suele venir acompañada por un bonito vaso de este tipo,
con el logotipo del monje franciscano grabado, y que podréis utilizar para degustar otras cervezas de trigo que podáis adquirir.
- Es conveniente enfriar tanto el vaso como la botella antes de servirla, aunque no es necesario llegar a los 4ºC o 5ºC como con con las pilsen, si es conveniente servirla entorno a los 6ºC o 7ºC. Tened en cuenta que cuánto más enfriemos la cerveza más difícil es distinguir los aromas y sabores, en especial cuando son complejos. Digamos pues, que lo ideal es mantener un "equilibrio" al respecto, pero esto obviamente también va en gustos.
- Una vez enfriada la cerveza, a la hora de servirla, se ha de servir volcando la botella sobre el vaso inclinado hasta vaciar la mitad de la botella aproximadamente. De esta forma evitaremos la formación excesiva
de espuma, y crearemos una "base" sólida de líquido sobre la que completar el llenado del vaso, de forma que se cree la espuma claramente separada y con el grosor y consistencia justa. Para ello a continuación, lo que hay que hacer es remover la botella, de esta forma, disolvemos las levaduras que quedaron en el fondo de la botella con el resto del contenido, y volcamos la botella de nuevo en vertical sobre el vaso. De este modo, la cerveza de trigo logrará aquirir la textura justa, y lograremos obtener una corona densa y cremosa de espuma de unos 4 cm de espesor aproximadamente, lo ideal para las weiss-bier.
HELL
Mi preferida de las 3 variantes.
Graduación: 5º
Color:De color amarillo intenso traslúcido. Se trata de una cerveza turbia, sin filtrar. La corona de espuma es densa y persistente, si se sirve adecuadamente. Esta corona es parte fundamental para poder disfrutar plenamente este tipo de cervezas, ya que será lo primero que entrará en contacto con nuestro olfato y gusto.
Aroma: Limpio y penetrante. Afrutada, con abundancia de cítricos y plátano.
Sabor: Muy suave (quizás demasiado), no existe apenas amargor, pero resulta refrescante. La carbonatación acentúa la sensación de refresco en el paladar.
El regusto es seco, ligeramente ácido y picante.
La recomiendo especialmente para aquell@s que quieran iniciarse en las cervezas de trigo, aunque para muchos amantes de este tipo de cervezas, la Franziskaner es una buena cerveza, pero que no llega a "cuajar", ya que no alcanza la complejidad y personalidad de otras cervezas de trigo. En cualquier caso, yo tengo un aprecio especial por la Hell de Franziskaner ya que fue la primera cerveza de trigo que probé en España.
Puntuación: 8/10


DUNKEL:
Graduación: 5º
Color: De color cobrizo, opaca, en apariencia sin tanta sedimentación como su hermana la Hell. Servida en su vaso de tubo, forma una capa de espuma abundante y duradera, de color crema.
Aroma: Aroma agradable, suavemente afrutado con notas dulces de caramelo.
Sabor: Suave, con un ligero dulzor proveniente de la malta del trigo, que contrasta con el amargor del tostado. El final en boca es largo, pero la sensación predominante es demasiado suave para mi gusto en una Dunkel.
Puntuación: 7,5/10


KRISTALL:
Graduación:5º
Color: De color amarillo pálido. Es la versión filtrada de su hermana la Hell, por lo que no se aprecia sedimento ni turbidez. La espuma es de similares características.
Aroma: Ligeramente afrutada, con notas cítricas mucho más sutiles que las de la Hell o la Dunkel.
Sabor: La más suave de las tres, no mantiene la personalidad de las otras Franziskaner, pero es ideal, para aquellos a los que no llega a gustar demasiado la cerveza por su amargor. Una alternativa excelente a la cerveza con limón, por su predominante carácter suave, y que puede ayudar a los más recelosos a engancharse al mundo de la cerveza, y en particular a las cervezas de trigo.
Eso sí, para los amantes cerveceros es sensiblemente la más floja de las 3.
Puntuación: 6/10

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