Floreffe Tripel, una vieja conocida


Tras varias semanas sin hablar de ninguna cerveza belga, he querido retomar hoy la senda de las cervezas de abadía iniciada mucho tiempo atrás en el blog. La cerveza que había elegido es la Floreffe Tripel, una triple de abadía que me tuvo encandilado por mucho tiempo, llegando a considerarla como una de mis favoritas. En esto tuvo mucho que ver que se tratase uno de los primeros contactos que tuve con este género de cervezas, más allá de las comerciales Leffe, Grimbergen o Affligem. Pero con el paso del tiempo, y tras probar muchas más referencias, algunas de ellas realmente muy notables, ha quedado relegada a un nivel algo más inferior en mi particular escala. A pesar de ello, la Floreffe continúan siendo a mi parecer grandes representantes del género de las cervezas de abadía.

Sobre la cervecera...


La cervezas Floreffe, son elaboradas para la abadía de Norbertine Floreffe que se encuentra situada en la proximidades de la ciudad de Namur en Valonia. La abadía de Floreffe fue fundada a comienzos del siglo XII, en el año 1121 por Norbert van Gennep a petición de los Duques de Namur, por pertenecer a dicho ducado. En un breve espacio de tiempo llegó a ser la abadía de mayor relevancia de toda la región. La propia abadía de Floreffe fue además el origen de otra serie de monasterios, algunos de ellos bien conocidos para los amigos cerveceros, como el de Leffe en 1152 también en Bélgica.

En el año 1250 se llevó a cabo la construcción de un molino en el seno de la abadía y a continuación una cervecera, donde llevarían a cabo la elaboración de sus cervezas, ya famosas en la Edad Media. Como sucedió con otras muchas abadías durante la Revolución Francesa cayó en desgracia, y fue abandonada hasta el año 1825, momento en el cual volvió a abrir de nuevo sus puertas, aunque no retomarían la fabricación de cerveza. A pesar de ello, durante aquellos años la crisis del monasterio se agravó hasta tal punto que nada más que llegaron a quedar 3 monjes en 1842, falleciendo el último de ellos en 1850. Con el objetivo de garantizar la viabilidad y supervivencia de la abadía de Floreffe, la orden a la que pertenecía decidió crear un seminario para enseñanza en el monasterio. Pero se vio con el paso del tiempo la clara necesidad de ingresos económicos para poder llevar a cabo el costoso mantenimiento del conjunto de edificios del monasterio, por lo que la abadía de Floreffe concedió en el año 1983 a la cervecería Lefèbvre la licencia para poder elaborar la gama de cervezas especiales con el mismo nombre de la abadía y que muchos conocemos. Actualmente toda la gama de las cervezas Floreffe continúa siendo fabricada por la cervecería Lefèbvre empleando refermentación en botella, como suele ser habitual en este tipo de cervezas.

La cervecería Lefebvre, de la cual ya he hablado en el blog alguna vez que otra, se encuentra situada muy cerca de la pequeña ciudad de Quenast al suroeste de la capital belga. Fundada en el año 1876, produce dentro del sello de las cervezas de abadía Floreffe, una dubbel y una tripel, géneros tradicionales de los monasterios belgas, además de una sencilla blonde, y una fuerte cerveza muy oscura y especiada conocida como la Prima Melior, condimentada con anís, dándole un carácter dulzón, más propio de las cervezas de invierno o Navidad. Uno de los lugares idóneos para poder degustar estas cervezas es el antiguo molino mencionado del siglo XIII, rehabilitado y que se encuentra en el propio monasterio. Allí se pueden tomar directamente de los grifos existentes, aunque toda la gama de cervezas Floreffe se comercializa también embotellada. Lefébvre también elabora algunas otras cervezas muy conocidas como por ejemplo una típica cerveza de trigo blanca, sin filtrar y especiada, la Blanche de Bruxelles, caracterizada por su acidez cítrica. También son los responsables de fabricar una pale ale aromatizada con miel, la Barbar, de la que ya hablé en el blog, o la Hopus, una strong golden ale belga altamente lupulada que podríamos clasificar como ipa belga, y que también tuvo su momento de protagonismo en este mismo blog.

 
Graduación:7,5º
Temperatura de servicio: 10 ºC aprox.
Tipo de vaso recomendado:Copa de cáliz trapense o de balón, o incluso de vino en su defecto.
Aspecto: Muy atractiva. De color amarillo anaranjado, un poco más oscuro de lo habitual en las triples. Se muestra velada, con cierto grado de turbidez y de sedimento en suspensión. Buen nivel de carbónico y capa vistosa de espuma blanca que supera los dos dedos de espesor con facilidad, además de gozar de buena retención y de adherirse generosamente al cristal.
Aroma:Aroma rico en notas maltosas principalmente como caramelo y galleta, acompañado de matices de levadura y especias, donde podemos encontrar cilantro y clavo principalmente. Aunque algo menos afrutada que otras cervezas del estilo, se pueden detectar notas de plátano y algo de manzana y cítricos.
Sabor y textura:Dulzona y algo afrutada, aunque como sucedía en el aroma, con menor intensidad mostrada en otras triples. Destacan los sabores maltosos, con un claro carácter de cerveza de abadía imprimido por los matices de levadura belga y especias, principalmente el cilantro. De cuerpo medio, el alcohol asoma (aunque sin estridencias) desde los primeros tragos sin necesidad de calentarse. Con reminiscencias de espumoso, presenta un alto nivel de carbonatación, mostrándose casi efervescente al comienzo, y finalizando con un regusto  muy seco.
Maridaje:Salmón a la plancha con verduras.
Nota:

Comentarios

  1. Muy interesante la historia de la cervecera, como siempre, gracias por la información! A mi también me encantan las triples y la Floreffe hace tiempo que no la cato... pero como los buenos libros, hay que volver a las buenas birras de vez en cuando, que siempre saben de otra manera, así que voy a hacerte caso y voy a volver a darle un tiento un día de estos! jejeje, un saludo!

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    1. A pesar de que me gusta bastante esta cerveza, el hecho de probar muchas otras triples, algunas de ellas increíbles, ha hecho que al tomarla otras veces me haya "desilusionado" un ápice, pero aún así figura entre mis predilectas. De vez en cuando, como dices, vuelvo a estos clásicos y sienta muy bien rememorar algunas sensaciones. Salu2!

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  2. a mi sinceramente estas cervezas en relación calidad precio me gustan mucho.

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    1. Hay tantas y tantas cervezas de abadía... St. Bernardus, St. Feullien, Tongerlo, Maredsous, Floreffe, Pater Lieven, Dominus... y eso dejando a un lado las trapenses. Las Floreffe en general son de buen nivel, y como comento en la entrada, una de las primeras con las que comencé a introducirme en las cervezas belgas aparte de las comerciales más conocidas en España. Salu2!

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  3. Pues aunque os parezca curioso no me he cruzado demasiado con este clásico y las pocas veces que lo he hecho siempre me he terminado decantando por otras opciones. De hecho la única que he probado de la marca (la de etiqueta verde) no me dijo demasiado en su momento así que las etiqueté todas como industriales y poco interesantes. Hay tanta belga de estilos similares y que sí gozan de fama... pero bueno, viendo tu post habrá que darle una chance, jejeje!!

    Saludos!

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    1. Efectivamente, hay tantas... que cuesta elegir. La próxima vez intenta probar alguna más. Yo creo que no te defraudará. Salu2!

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  4. ..Apuntada queda..Vaya posts más currados..

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