Ruddles County, una cerveza nacida de una tradición


Tras varias semanas de periplo vacacional por diferentes lugares de la geografía española, me dispongo a inaugurar el último cuatrimestre del año con una cerveza que ha venido conmigo desde la localidad de mi última etapa estival, Calpe. Al ser un municipio que goza de un gran y merecido prestigio como destino turístico, la población foránea de carácter más o menos transitorio es bastante elevada. Y entre los turistas extranjeros, sin duda la comunidad británica es una de las más importantes. Por este motivo no es difícil imaginar que en cualquier supermercado de la zona pudiéramos encontrar cervezas de importación, especialmente traídas desde sus lugares de origen para atender la demanda de los turistas. Entre estas cervezas pude encontrar la Ruddles County, una bitter de origen inglés, y cuyo nombre se lo debe al cervecero que diseñó la receta de esta cerveza, que se elaboró por vez primera en el condado de Rudland a comienzos del siglo XX. Como curiosidad mencionar que dicho condado británico, situado en la región de los East Midlands resulta especialmente conocido por la particularidad de ser el condado más pequeño de toda Inglaterra. La cerveza incluye dos de los tipos de malta más usados en el mercado (pale y crystal) y un total de cuatro lúpulos diferentes: Los conocidos Goldings y Challenger, y los no tan usuales Bramling Cross y Northdown.

Sobre la cervecera...
Actualmente y desde el año 2000 la cerveza es elaborada por el grupo cervecero Greene King, pero la historia de la cervecera original comienza de forma oficial allá por 1858 con el nombre “The Langham”, tomando el nombre de la pequeña localidad inglesa donde se encontraba la fábrica, en el ya mencionado condado de Rutland. La imagen de marca escogida en su momento fue una herradura, la cual permanece aún como símbolo de la cerveza (aunque tras sufrir algún pequeño cambio en el diseño), apareciendo en las etiquetas y envases de aluminio. De hecho, la herradura que aparece es el símbolo del condado de Rutland desde hace más de medio milenio.
La herradura hace referencia a una antigua tradición que mantenía la asociación de cazadores de Rutland que "obligaba" a todos aquellos que pasaban por la localidad, incluyendo a los nobles y señores, e incluso la realeza, a ofrecer como obsequio a la ciudad una herradura. Así se explica la gran colección de herraduras que se puede contemplar en el castillo de Oakham, la capital del condado.
En 1896 George Ruddle fue contratado por la compañía para desempeñar las funciones de Director General y en 1912 terminó comprándola, cambiando el original nombre de la fábrica  por el suyo propio. La fábrica con el paso del tiempo fue cambiando de manos en varias ocasiones. El primer cambio llevó al fabricante inglés Watneys a hacerse con la fábrica, y más tarde fue el holandés Grolsch quien la adquirió. Más tarde fue vendida a la compañía inglesa Morland and Co en 1997. Y finalmente el que es hasta el momento el último cambio de dueño se produjo en el año 2000 pasando a pertenecer a Greene King, marca que goza de gran popularidad entre los británicos por unos conocidos anuncios de televisión de la década de los 90, que hacían gala del conocido sentido de humor inglés. Fueron unos anuncios muy comentados por el público e incluso premiados en su momento, lo que ayuda a que todavía muchas personas los recuerden. Uno de los aspectos que trata la compañía de enfatizar son las tradiciones inglesas de los pubs, toda una institución social en Gran Bretaña.



Cata:
Graduación: 4,7º
Temperatura de servicio: 9ºC-10ºC
Tipo de vaso recomendado: Vaso de pinta británico.
Aspecto:
De tono ámbar oscuro, con brillos rojizos que la acercan al bronce. La espuma no protagoniza especialmente la presentación de la cerveza en el servicio, aunque la corona que forma supera el dedo de espesor, con un tono amarillento cercano al crema. Nivel de carbónico visible y nada despreciable que ayuda a sujetar la espuma, que deja pequeños y finos rastros en los primeros tragos.
Aroma: 
Perfumada suavemente con matices maltosos donde destacan el caramelo, el toffee, algo de mantequilla y de fruta, principalmente manzana. Acompañan una serie de matices florales más acentuados, provenientes de los lúpulos.
Sabor y textura:
De cuerpo medio y con un nivel de carbonatación en boca más elevado de lo habitual en una bitter, presenta un gusto maltoso con predominio de los sabores a caramelo y toffee, que son compensados para mi gusto en exceso y de manera desacoplada con los lúpulos, de manera que no forman parte de un todo, como si fuera la malta por un lado y el lúpulo por otro totalmente diferente. Aquí es donde pierde fuelle para mi gusto esta cerveza, ya que el aroma y el comienzo del trago promete algo más. El regusto presenta un nivel de amargor elevado, resultando demasiado áspero, sensación acrecentada por los marcados toques metálicos, que achaco al tipo de envase original. Aún no he encontrado una cerveza en lata que supere o iguale a su respectiva versión en botella. En este caso particular no tenía el referente de la versión en botella para poder comparar, pero aún así afloraron en algún momento los matices negativos que suelo achacar a las cervezas envasadas en lata. Sé que en teoría el envase de aluminio no debe marcar el sabor de la cerveza, pero para mi gusto imprime matices de tipo metálico principalmente, y también salinos e incluso ácidos según la ocasión. En cualquier caso hay disparidad de opiniones al respecto. Afortunadamente el acompañamiento puede mejorar las sensaciones.
Maridaje:
Pluma ibérica con salsa de boletus y manzana.
Nota:

Comentarios

  1. Anda! Te vienes a Calpe y me pillas fuera... si es que debemos ser como polos opuestos que nos repelemos al acercarnos lo más mínimo, eh? ;). Pues nada, a ver si coincidimos en otra!

    En cuanto a la cerveza tengo que reconocer que en su momento (probada de botella) no me convenció demasiado y de darle una nota sería poco más que un 5 raspao, jeje! Pero cierto es que esa pluma con salsa me hubiera dejado más contento que unas pascuas, jejeje!

    Ah, y sobre las latas, la de BrewDog Punk IPA en su momento me dejó absolutamente fascinado, y probándola junto a la versión en botella me pareció mucho mejor sin duda alguna! Dale una oportunidad y ya me dirás, jeje!

    Saludos!

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    Respuestas
    1. Si lo pensé. No te dije nada porque eran unos días de playa supertranquilos con la familia y sabía que no iba a ir a ningún lado. De hecho estuve toda la semana seguida en Calpe sin moverme de allí, disfrutando de la buena vida. En cuanto a la cerveza, en aroma prometía bastante, pero en boca...buf! me decepcionó. Seguramente al final le haya dado un poquito más de valoración, porque el acompañamiento fue magnífico. En cualquier caso me gustaría probarla en botella o mejor aún en barril, aunque lo veo difícil. Me apunto a hacer la comparativa entre lata y botella con la Punk IPA. Mira que me da reparo, porque la Punk es una de las cervezas que me gusta bastante de las Brewdog, pero viniendo de ti la recomendación me fío. Salu2!

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