Presentación de cervezas canadienses de la mano de Gourpass en la Embajada de Canadá
El pasado 12 de marzo tuve el honor de ser invitado a la Embajada de Canadá en Madrid, situada en uno de los edificios más modernos y vanguardistas de la capital, para asistir a la presentación oficial de una serie de cervezas craft canadienses de la mano de la empresa Gourpass, empresa importadora oficial a nivel nacional de las cervezas presentadas. Al evento fuimos invitados diferentes miembros de la comunidad cervecera de Madrid, compuesta por bloggers, distribuidores, tiendas y locales especializados. Flotaba cierta expectación y curiosidad entre los allí convocados, por saber qué cervezas nos tenían preparadas, y es que quienes ya llevamos un tiempo formando parte del mundo de la cerveza conocemos muy bien la calidad que atesoran las cervezas craft canadienses, gracias a las representativas muestras que otrora llegaban hasta nuestras latitudes de mano de marcas tan prestigiosas como talentosas, como por ejemplo Unibroue de Quebec, con un puñado de excelentes referencias, que podían ser elegidas como modelo para los estilos a los que representaban. Quien haya probado la Fin du Monde, la Eau Bendite o la Maudite, no alberga duda alguna sobre este postulado. Otra marca canadiense que ha cautivado muchos corazones cerveceros en la "piel de toro" es Dieu du Ciel, con cervezas situadas un poco más lejos de los límites ortodoxos de los estilos, a través del uso de especias, exóticos ingredientes y vueltas de tuerca a las recetas usadas con un inconfundible toque de autor, y al mismo tiempo haciendo gala de una gran elegancia. Tanto unas como otras por diferentes razones, no es posible encontrarlas con facilidad y mucho menos con regularidad, dentro de España. Sin embargo, y como ya me hice eco hace algo más de un año en el blog, con un par de posts dedicados a algunas cerveceras de Canadá, afortunadamente alguien en nuestro país apostó por intentar normalizar la importación de las cervezas de algunas de las mejores "microfábricas" canadienses situadas en las provincias de Ontario y Quebec . En este punto es donde aparece la figura de Gourpass, la empresa importadora que organizó el evento en colaboración con la embajada canadiense.
El evento comenzó con una intervención de Déric Dubien, Consejero Comercial de la Embajada de Canadá, en representación de los anfitriones, en la que expuso el creciente papel de las microcerveceras craft canadienses y su valor económico dentro del PIB del país, así como de su proyección comercial tanto a nivel interno como a nivel de exportaciones, principalmente hacia los Estados Unidos, pero también hacia la Unión Europea, ofreciendo una imagen de producto excepcional con un alto nivel de calidad, capaz de satisfacer a los cada vez más numerosos y exigentes consumidores de cerveza.
Tras su intervención le tocó el turno a Vicente Aguado, en representación de la joven empresa española afincada en Zaragoza, Gourpass, que es quien hace posible precisamente la llegada de las cervezas canadienses a nuestro país, actuando como importadores oficiales desde noviembre de 2013 de un conjunto de 9 destacadas cerveceras craft canadienses: Flying Monkeys, La Trou Du Diable, Grand River, Charlevoix, Cameron's, Les Trois Mousquetaires, Le Bilboquet, Dunham y Great Lakes.
En su exposición, Vicente quiso transmitir con vehemencia los objetivos que persigue Gourpass que aparte del más obvio, la introducción de las cervezas craft canadienses en España y Europa, haciendo de puente entre los productores y los consumidores finales, también incluye la proyección de una imagen de producto de calidad, a través de diferentes mecanismos, como el cuidado y esmero con el que son tratadas las cervezas, garantizando la frescura del producto en el momento en que llega al consumidor, y la continua labor de asesoramiento a las cerveceras tratando perfilar los estilos, formatos y calidades de sus cervezas, que mejor se pueden ajustar a cada mercado. En su intervención no pudo ocultar su pasión por su proyecto, en especial cuando confesó que el origen de esta gran aventura se debe precisamente a su hija Julia, que lleva viviendo un tiempo en Canadá, y que en más de una ocasión les habló acerca de cuán maravillosas eran las cervezas craft canadienses, despertando el interés por las mismas que les llevó finalmente al emprendimiento de este proyecto empresarial.
Tras el necesario preámbulo que permitió a los invitados conocer el origen, contexto y naturaleza de las cervezas que íbamos a probar, llegó el momento más esperado por todos, la degustación que fue dirigida por otro de los pilares de Gourpass, Antonio Ansón que con buenas dosis de simpatía y de conocimiento del producto, guió a los presentes durante la velada en la que se pudieron probar un total de 5 distintas referencias pertenecientes a algunas de las fábricas con las que trabaja la compañía, más un cóctel final elaborado con la última cerveza degustada.
La Bilboquet L'Affriolante:
Una cerveza de un precioso color ambarino intenso con brillos rojizos, transparente y coronada por una densa, esponjosa, y muy duradera corona de espuma de color amarillento. En ella destacan los aromas dulces que recuerdan a roscón de Reyes, fruta escarchada, bizcocho, caramelo, miel y un buen número de especias que contribuyen a completar el complejo espectro aromático de esta cerveza, que a pesar de lo descrito ni cansa, ni empalaga, con un gusto donde la miel gana terreno, y aún así mantiene un equilibrio suficiente para resultar fácilmente bebible.
Les Trois Mousquetaires Weizenbock
Cerveza de tonos caramelo, ligeramente rojizos, y una espuma de color crema y espesor medio que mengua hasta un fino anillo que logra mantener. Se trata de la particular interpretación del estilo típicamente alemán (la especialidad de la cervecera Les Trois Mousquetaires) de las weizenbock, a través de una cerveza de aroma intenso, embriagador y delicioso, que sin embargo llega a empalagar, al contrario que la anterior cerveza. Su aroma refleja el carácter de las weizenbock alemanas, con notas de intenso y dulce caramelo, bizcocho, y otros matices tostados, e incluso chocolate. Sin embargo en boca se revela como una strong ale de estilo belga, con sabores afrutados, donde destacan las uvas pasas combinados con las notas caramelizadas que ya se intuyen en el aroma. El alcohol fluye con libertad en aroma y sabor, a fin de transmitir calidez e intensificar las sensaciones. Una cerveza muy disfrutable pero en cantidades pequeñas.
Flying Monkeys Smash Bomb IPA
La tercera cerveza de la tarde fue una IPA de nombre contundente, anticipando una bofetada de lúpulo en el aroma. De aspecto impecablemente atractivo, con un precioso color ámbar, dotada de muy buena transparencia y rematada por una capa de espuma blanca con muy buena retención, corroboró las expectativas suscitadas por el nombre y el estilo. En aroma se encontraban abundante notas de lúpulo con buena frescura, donde sobresalían pomelo, lima y piña fundamentalmente y también a bosque y conífera. Por debajo una buena base de malta de perfil de caramelo y miel, ponía el contrapunto para lograr una IPA elegante de largo final, moderadamente amargo y persistente.
Charlevoix Dominus Vobiscum Hibernus
En mi opinión, la mejor cerveza de toda la velada. Una strong dark ale, tan sublime y compleja como original y sorprendente. A medio camino entre una strong dark ale de estilo belga y una oud bruin es sencillamente una obra maestra. Oscura, y coronada por una cabeza de espuma de color marfil, despliega una fragancia embriagadora repleta de notas dulces como caramelo, azúcar tostado y mucha fruta, como pasas, arándanos, cerezas, frambuesas y un suave componente acético que recuerda al reconocido estilo de fermentación mixta de Flandes Oriental. Un delicioso envoltorio para nada menos que 10º de alcohol, que quedan totalmente camuflados. Para enmarcar.
Flying Monkeys City and Colour Imperial Mapple Wheat
La elegida como última cerveza para la sesión de degustación fue la City and Colour Imperial Mapple Wheat, una potente American Strong Ale (que algunos críticos catalogan como Wheat Wine) de la fábrica de Ontario, Flying Monkeys, con 11,5º de alcohol, muy evidentes, y elaborada incluyendo sirope de arce, un porcentaje de trigo y un toque de vainas de vainilla en infusión. Una cerveza contundente, de potente y dulce aroma que recuerda a los goffres, con abundantes notas de caramelo y frutos secos, como nueces y otras complementarias avainilladas. En boca se revela como una cerveza cálida, licorosa, con cuerpo imperial, y de textura cremosa aportada por el trigo. Compleja, dulce, de aroma exquisito resulta demasiado densa por lo que resulta ideal para compartir y servir de acompañamiento a un postre, por ejemplo.
Flying Monkeys City and Colour Imperial Mapple Wheat con champagne
Flying Monkeys City and Colour Imperial Mapple Wheat con champagne
Para finalizar pudimos degustar una versión del clásico cóctel con cerveza Black Velvet, bautizado como Perfect Velvet 2.0, ideado por el sumiller Jesús Solanas, en el que se combina la Flying Monkeys City and Colour y champagne. Sin ser demasiado amigo de los cócteles, he de reconocer que el resultado fue muy positivo, ya que el champagne aporta acidez, efervescencia y un matiz afrutado que consigue abrirse paso en el denso manto dulce y cremoso del jarabe de arce y el trigo en la imponente factura de Flying Monkeys, aligerándola en el paladar, y reduciendo en apariencia las sensaciones alicoradas. Un verdadero acierto en mi opinión particular.
Con el gran fuego de artificio que supuso el espectacular resultado del cóctel, finalizó la degustación. Para terminar antes de despedirnos fuimos obsequiados con un bonito detalle compuesto por un libro de recetas de la cocina canadiense, un bote de jarabe de arce y una botella de Chocolate Manifesto de Flying Monkeys, la Imperial Stout de la cervecera de Ontario que tan buenas críticas ha recogido en el sector. Un colofón impecable a una gran tarde, unido al excelente trato recibido tanto por el personal de la Embajada de Canadá como por parte de los miembros de Gourpass, que desde estas líneas agradezco.
Muy buenas sensaciones me produjeron todas las que no había probado. Y la verdad que pasamos un rato mas que agradable. Habrá que catar la Chocolate Manifesto, que promete bastante.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo cierto es que el nivel fue muy alto. Yo conocía sólo la Smash Bomb IPA, que me produjo mejores sensaciones en esta ocasión que en la anterior, gracias a la frescura del lúpulo. Algo fundamental en este tipo de cervezas. Del resto de cerveceras como Charlevoix o Trois Mousquetaires había probado algunas cervezas, aunque no las que eligieron para la degustación. En cuanto a la Chocolate Manifesto que nos regalaron tiene muy buena pinta. La tengo reservada para este próximo fin de semana. Ya contaré mis impresiones, pero pinta bien. Salu2!
EliminarInteresante, desconocía que hubiera una empresa importadora en concreto detrás de la llegada de las cervezas canadienses... la verdad es que tendría que probar más canadienses más a menudo porque solo he probado de Les Trois Mosquetaires y de Flying Monkeys, y algunas como Charlevoix o Le Trou Du Diable me consta que tienen verdaderas genialidades, pero son tan caras...
ResponderEliminar¡Un saludo!
El mundo de las craft canadienses es tan apasionante como el de las estadounidenses, aunque no tan extenso por razones obvias de la magnitud de ambos mercados. Pero la calidad de sus cervezas está fuera de toda duda. Eso lo sabemos muchos, que ya hemos probado bastantes cervezas de aquel país. Era cuestión de tiempo de que alguien en España apostara por las cervezas canadienses, como así ha sido afortunadamente. Las cerveceras mencionadas son de un gran nivel con muy buenos productos. Para mi gusto particular Charlevoix, es la reina, con permiso de alguna otra como Dieu du Ciel, sin desmerecer a ninguna otra. En cuanto al precio... siempre hay que tener en cuenta que son productos que vienen de lejos, y los costes de distribución y transporte son elevados, además de que todos los que participan en la cadena hasta llegar al consumidor han de ganar algo, como es lógico. Yo creo que si te gusta la cerveza, es un pequeño lujo que uno se puede permitir de vez en cuando, ya que no estamos hablando de precios exagerados comparados con el de otras cervezas de importación, teniendo en cuenta la lejanía de la procedencia. Salu2!
EliminarLO PASAMOS MUY BIEN JEJEJE, UNA CATA COMERCIAL MUY INTERESANTE. LA SMASHBOMB ESTABA MAS FRESCA QUE LA QUE PROBAMOS HACE MESES Y YO REPETÍ LA WEIZENBOCK CUVEE QUE ME SIGUE PARECIENDO TREMENDA, AUNQUE SE DESMARCA DEL ESTILO WEIZENBOCK PARA LLEVARLO AL EXTREMO.
ResponderEliminarUN SALUDO JABS!
Cierto Jorge, lo pasamos muy bien, a la par que resultó interesante la cata. Coincido plenamente en lo que dices de la Smashbomb, mucho más fresca esta vez, que la que llegó en las primeras tandas hace meses. La Weizenbock de Les Trois Mousquetaires, por el contrario me pareció demasiado empalagosa, llevada hacia el extremo como tú dices. Muy rica y dulce pero por ese motivo se me hizo algo cuesta arriba, como para repetir. Como digo en el post, es para disfrutar en pequeñas cantidades. Prefiero alguna otra de ellos, como la Sticke Alt, un altbier que hace que a uno se le salten las lágrimas. Salu2 George!
ResponderEliminarLA STICKE ALT ES QUE SON PALABRAS MAYORES, LO MEJOR QUE HACEN ESTOS MOSQUETEROS SIN DUDA. QUIZÁ LA CUVEE SEA MEJOR EN 33 CL, PUEDE HACERSE MUY LAAAAAAARGA LA BOTELLA DE 66 JEJEJE.
EliminarAHORA A PROBAR LA MANIFESTO JEJEJE.
XAUXAU!