Brooklyn Brewery, New York New York


Durante el pasado verano me llegaron noticias de que la prestigiosa cervecera norteamericana Brooklyn Brewery iba a llegar a tierras hispanas en cuestión de poco tiempo. La Brooklyn era una de las deudas pendientes que teníamos en España con las cervezas estadounidenses, ya que es una de las más prolíficas y que mejor trabajan el producto en aquel país, y que estaba costando poder encontrar con regularidad en España. En pocos años se han convertido en una auténtica institución de la cerveza estadounidense al mismo nivel que puede tener la conocida y también muy amada Sierra Nevada, aparte de otras prestigiosas cerveceras norteamericanas, siendo uno de los mejores ejemplos de American Craft Brewery


Los artífices a los que debemos agradecer que podamos encontrarla desde hace algunas semanas en las cervecerías y tiendas especializadas, son los señores de la distribuidora catalana Crusat, que además tuvieron el generoso detalle de enviarme una muestra representativa del extenso portfolio que tiene en el mercado Brooklyn, lo cual agradezco desde estas líneas. Crusat ha alcanzado un acuerdo para la importación y distribución de 4 cervezas (de la amplia gama de Brooklyn) por el momento, y que son: La Local Nº1 en formato de 75cl., la Brown Ale, la EIPA (East India Pale Ale) y la Lager, en formato de 35 cl., siendo estas tres últimas las que incluía el envío que recibí, y de las que hablaré en sus respectivas fichas de cata.


Sobre la cervecera

La cervecera Brooklyn Brewery es toda una institución en Nueva York, y más concretamente en el distrito de Brooklyn, de quien toma el nombre. De hecho, Brooklyn representó en un tiempo pasado todo un centro único de producción cervecera, en gran medida gracias a la inmigración proveniente de Alemania, y que se terminó instalando en el célebre barrio neoyorquino, y por extensión precisamente Nueva York, gozó durante esta época de una intensa actividad cervecera. Para la industria de la cerveza, la prohibición impuesta por la tristemente célebre "ley seca", supuso un revés importante. Para hacernos una idea, antes de la prohibición había cerca de 80 fábricas de cerveza en la ciudad, de las que casi 50 se ubicaban en Brooklyn. De hecho, hubo una calle a la que se conoció como Brewers Row ("la hilera de las cervecerías"), y la Brooklyn Brewery es actualmente el único vestigio visible de aquel esplendor. 



Pero los años veinte no supusieron la tumba de la industria, que mantuvo su actividad, aunque con una manifiesta decadencia que desembocó en un momento crítico a mediados de los años 70, cuando las familias Liebman y Schaefer cerraron sus fábricas en Brooklyn, las últimas supervivientes de la ciudad. El problema en esta ocasión no lo provocó la legislación, sino la expansión implacable de las lager industriales de sabor ligero que se producían en la región central del país, que hizo que Milwaukee fuera conocida por su cerveza aparte de por se la cuna de las míticas Harley-Davidson.
Sin embargo en 1984, Steve Hindy, un periodista corresponsal que viajó por diferentes lugares del mundo, regresaba a Nueva York, y aprovechó todo el conocimiento relacionado con la producción cervecera que había adquirido durante sus viajes, con la idea de crear una cervecera. Quería desarrollar esta idea, impulsado por su pasión por la fabricación artesanal de magníficas cervezas, de modo que, en compañía de su amigo y exbanquero Tom Potter, fundó la Brooklyn Brewery en el año 1987. En poco tiempo logró que sus cervezas "caseras" llegaran a ser las más vendidas en Nueva York.
La filosofía que mantuvo la cervecera en un comienzo se basaba en la sencilla idea de crear cervezas con cuerpo y mucho sabor, que se parecieran a las que él mismo imaginaba que se fabricaban durante los años de esplendor de la industria de la cerveza de Brooklyn. Desde los comienzos más modestos ha ido ampliando miras, elaborando por ejemplo en la actualidad cervezas de estilo belga maduradas en botella o refrescantes weizen de trigo, poniendo al alcance de la mano de los neoyorquinos cervezas de diferentes estilos.


En 1994 se produjo un hecho fundamental en la historia de la compañía, que fue la asociación de Steve Hindy con el maestro cervecero Garrett Oliver, uno de los grandes personajes dentro de la actualidad cervecera, que trabajó anteriormente como maestro cervecero de la firma Manhattan Brewery. Ya en el momento en que Garrett entró a formar parte del equipo de Brooklyn, gozaba de una buena reputación gracias a sus propias interpretaciones de los estilos clásicos que él mismo había plasmado en sus creaciones. Además era y es un reconocido divulgador como pocos, de la cultura cervecera escribiendo artículos e impartiendo seminarios sobre cerveza. Tan sólo dos años después de entrar en Brooklyn, consiguió que la compañía abriera su propia fábrica.
A Garrett Oliver, además le debemos que gracias a su ambición vayan existiendo cada vez más restaurantes con su propia carta de cervezas, realizando un trabajo excelente en todo lo relacionado con los maridajes con cerveza, haciendo llegar al público, la idea de que incluso para los platos más refinados y sofisticados, hay una cerveza que encaja a la perfección para acompañarlo, aumentando el espectro de sensaciones placenteras que nos pueden reportar por separado la comida y la cerveza. De hecho, ha llegado a manifestar en alguna ocasión que la ignorancia a la hora de combinar la cerveza con la comida adecuada, es la principal causa de que exista gente que diga que no le gusta la cerveza. Destaca especialmente su obra "The Brewmaster's table", un libro sobre la cerveza y su íntima relación con la cocina, y que ha recibido numerosos premios. Toda una inmersión en el universo de la cerveza a través de un prima diferente, y que recomiendo leer a quienes les interese el tema.
Volviendo a la compañía, la Brooklyn elabora en la actualidad una amplia gama de cervezas abarcando prácticamente todos los estilos, y aunque la Brooklyn no puede gozar de los mismos recursos publicitarios que las grandes compañías, sus cervezas se venden muy bien fuera de Nueva York, tanto en otros lugares de Estados Unidos, como en otros países como el Reino Unido, Japón o Dinamarca, y a partir de ahora las podremos disfrutar en nuestro país.
La Brooklyn además organiza catas para los visitantes, convirtiéndose en toda una atracción turística que cada vez más visitantes incluyen en sus agendas cuando viajan a la Manhatann y cruzan el puente de Brooklyn. Cada viernes ofrece su particular happy tour desde las seis de la tarde hasta las diez de la noche. El interés suscitado por la cervecera neoyorquina ha crecido tanto que es necesario, si no imprescindible, reservar con suficiente antelación, especialmente si se viaja en temporada alta, como las fechas navideñas que tenemos próximas. Puede resultar el perfecto colofón para una dura jornada de visitas y compras por la gran manzana.



EIPA (East India Pale Ale):
Graduación: 6,8º
Tipo de vaso recomendado: Vaso de pinta americano, copa globo o copa grande de fondo ancho, similar a la típica de vino, que recoge bien los aromas.
Temperatura de servicio: 10-12ºC
Aspecto:
De tono a medio camino entre el ámbar intenso y el dorado, algo turbia y traslúcida. Genera una capa de espuma muy blanca y compacta de entre 1 y 2 dedos de grosor y con buena retención. Se aprecia un buen nivel de carbónico con burbuja mediana.
Aroma:
Aromáticamente "dulce" en un primer contacto, donde predominan las notas de caramelo y malta, aunque enseguida afloran los lúpulos que proporcionan notas cítricas, a mandarinas, cáscara de naranja, y algo de pomelo y un toque de pino con matices herbales.
Sabor y textura:
Con la justa medida de burbuja y de cuerpo medio, tiene una entrada fácil en boca, donde mantiene un equilibrio bastante logrado, balanceando los sabores iniciales a malta, caramelo, mantequilla, y algunos matices afrutados como melocotón y dulces como miel, con lo sabores agridulces posteriores a cítricos como pomelo y naranja, y un notable amargor en el regusto con una pizca de ardor por el alcohol.  Es la que más me gustó de las 3.
Maridaje: Un acompañamiento adecuado podría ser unas gambas al ajillo con un puntito de guindilla. El marisco y el picante encajan a la perfección con una de cerveza de estas características.
Puntuación: 8,5/10


BROWN ALE:
Graduación: 5,6º
Tipo de vaso recomendado: Vaso de pinta inglés
Temperatura de servicio: 12ºC
Aspecto:
La Brown Ale tiene muy buena presencia nada más verla, con un tono rojizo oscuro cercano al marrón. Con una generosa y cremosa capa de espuma de entre 2 y 3 dedos de espesor y de color canela, con buena consistencia que deja adheridos importantes restos de espuma en el cristal de la copa. Verdaderamente atractiva
Aroma:
La más compleja de la tres.En nariz se percibe principalmente la malta tostada, como era de esperar, con un toque a nueces, avellanas, y notas de caramelo y chocolate.
Sabor y textura: 
Se trata de una cerveza con cuerpo, y de buena carbonatación, que "pesa" un poco a medida que la tomamos. Aquí, lo primero que nos llega es el chocolate de forma más acentuada que en el olor, aunque sin llegar a los niveles de una Imperial Stout, y se ve acompañando de otros sabores como caramelo, toffee y malta. De escaso carácter lupulado, se perciben de modo sutil en forma de pequeños puntos de amargor con un gusto terroso, más apreciables en el regusto. Se percibe un poco de distorsión por el alcohol a pesar de sus 5,6º, algo que me sorprendió y que quizás considere como su principal punto negativo.
Maridaje:
Apropiada cerveza para acompañar unas tiernas chuletas de cordero.
Puntuación:7,75/10


LAGER:
Graduación: 5,3º
Tipo de vaso recomendado: Copa clásica de cuerpo y boca estrecha, a medio camino entre la de cava y la de vino.
Temperatura de servicio: 6ºC
Aspecto:
De color dorado claro, con buena cantidad de burbuja fina. Impecable presencia completada con una capa de espuma de 2 dedos de espesor, compacta y sedosa, con buena retención, y perfectos anillos descritos en cada sorbo.
Aroma:
De olor intenso, destacan los aromas herbales y florales un poco por encima del esperado aroma a malta y cereal, lo que nos hace recordar por momento a una IPA. Acompañan también algunas notas de caramelo y galleta.
Sabor y textura: De suave entrada, es una cerveza que se bebe con facilidad y resulta muy equilibrada. Es la principal característica de la cerveza, un equilibrio entre el gusto a malta y su punto de caramelo y pan, con los sabores ligeramente afrutados (cítricos), a campo y terrosos, proporcionados por los lúpulos, que dota del justo amargor a la cerveza para rematar el trago con un punto de sequedad. Excelente ejemplo de una lager de estilo vienés.
Maridaje:
Perfecta para acompañar una ensalada de queso de cabra con rúcula, escarola, cebolla caramelizada y pepitas de granada.
Puntuación: 8,25/10

Comentarios

  1. Jejeje! Este era mi próximo post en el blog! Aún así lo publicaré, jeje!

    En cuanto al libro de Garrett, el Brewmaster's table, aún no lo tengo pese a que hace meses que voy tras él, pero es de lo mejor dentro de lo mejor en materia de ligar cocina y cerveza.

    En cuanto a los maridajes que propones son perfectos! Sobretodo el de la IPA y el de la Lager! Enhorabuena!! Me temo que cuando nos conozcamos tenemos que hablar ancho y tendido sobre el tema!!! El maridaje es mi debilidad...

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  2. Lo siento Pau, no era mi intención pisarte la entrada, jejeje. Estaré atento a ver qué opinas sobre las Brooklyn. En cuanto a los maridajes es un tema que me atrae cada día más y sí, estoy seguro que si nos conocemos en persona, podremos hablar largo y tendido sobre la materia con una cerveza en la mano, eso sí, y alguna más en la panza ;) Salu2.

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  3. Uhm, y los señores de Crusat no se han acordado de mí xD Bueno, intentaré probarlas claro, aunque no sé cuando :(

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  4. Embracing, en Cervezorama de Madrid tienen las 4 a la venta, y en El Cervecero también. Sería cuestión de hacer un pedido por internet. Salu2!

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  5. JAB, qué va hombre! Jaja! De pisar nada! Aquí el que no corre, vuela!! ¡Tranquilo! De hecho mañana mismo espero publicarla!

    Sobre los maridajes, sin duda cuenta con esa charla, eso si, con alguna buena cerveza entre manos para brindar, jejeje!

    Un abrazo!

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