Paulaner, la reina de las cervezas de trigo



Hablando de las cervezas de trigo no podemos obviar la marca que para muchos es la reina de las cervezas de trigo. Estoy refiriéndome a la Paulaner, que muchos de vosotros, seguramente conoceréis. De no ser así, os recomiendo que cuando tengáis oportunidad os decidáis por pedir una Paulaner, en vuestra próxima visita a vuestro pub, o cervecería favorita. Dentro de las cervezas de importación es muy conocida, y bastante sencilla de encontrar, por lo que en muchos pubs suelen tenerla.
Dentro del vasto reino de las cervezas de trigo, de entre las numerosas marcas existentes hay 3 marcas que se disputan el trono de este estilo de cervezas, desde el punto de vista comercial. Se trata de la Paulaner, la Franziskaner, de la que ya hablamos, y de la Schneider, las tres alemanas, de hecho las tres son originarias de Munich, aunque la Schneider, tuvo que cambiar la ubicación de su fábrica tras los bombardeos de las Segunda Guerra Mundial.
Para los amantes de las cervezas de trigo, la Paulaner suele ser la favorita. Muchos de ellos afirman con rotundidad que es más compleja, tanto en su elaboración como en su sabor, aunque siempre existe variedad en gustos. Para mi resulta mejor la Veltenburger, por ejemplo, y algunas otras. Aunque no dejo de apreciar la calidad de las 3 marcas que se disputan la corona.

La historia de la Paulaner se remonta al siglo XVII, concretamente al año 1634, cuando la orden de los Mínimos (Paulinos o Paulistas, Paulaner, en Alemán) fundada por San Francisco de Paula, se afincaron en las proximidades de la capital bávara. Los paulinos eran hombres temerosos de Dios y practicaban estrictos ayunos dedicando su vida al trabajo y la oración. Para vencer el cansancio diario decidieron comenzar a elaborar una exquisita cerveza, de sabor fuerte y propiedades nutritivas, a la que llamaron "cerveza del Santo Padre". Se trataba de una cerveza tipo Bock, cuyos excedentes vendían a bajo coste durante la época vacacional lo que provocó protestas por parte del gremio cervecero de Munich que se veía perjudicado por esta competencia. Esta cerveza fue poco a poco ganándose la devoción de sus vecinos. La cerveza no tardó tiempo en resultar conocida. En el año 1751 un mandato permitía de forma expresa la comercialización y venta de cerveza, convirtiéndose el hermano Barnabás, maestro cervecero del convento, en un personaje famoso del momento en Baviera. Con el tiempo el convento original termina por disolverse, aunque gracias a una orden del príncipe Karl Theodor los paulinos siguen teniendo permiso para seguir vendiendo su cerveza. Llegado el momento en el que la abadía de la orden fue transformada en prisión, la fábrica fue adquirida por un inversor privado, el sr. Franz Xave Zacherl, que a partir de 1833 y siguiendo las fórmulas de elaboración originales comenzó a elaborar la Paulaner Salvator, una de las variantes estrella de la cervecera, que siguen fabricándose hoy en día. A mediados del siglo XIX abrieron las bodegas Salvator, y en el siglo XX antes de las II Guerra Mundial se une con la Gebruder Thomas Bierbrauerei, creando la Paulaner Salvator Thomas Brau, que ya más recientemente tomó el nombre en 1994 de Paulaner Brauerei y finalmente antes del siglo XXI, pasó a llamarse Paulaner Gmbh und Co KG.
Actualmente la Paulaner fabrica las siguientes 16 variedades de cerveza:

  • Hefe-Weißbier: Naturtrüb (turbia), Dunkel (oscura), Kristall (clara), Leicht (ligera), Alkoholfrei (sin alcohol)
  • Original Münchner: Hell (clara), Dunkel (oscura), Urtyp, Märzen
  • Münchner Hell: Leicht (ligera), Alkoholfrei (sin alcochol), Diät Bier (extraligera)
  • Premium Pils
  • Roggen
  • Oktoberfest Bier
  • Salvator
El post está dedicado a la  Hefe-Weißbier natrutrub, sin filtrar, y es la cerveza que comento en la cata.





Cata:
Graduación: 5,5º
Aspecto: De color dorado intenso, turbia, sin filtrar, y con una corona de espuma alta, suave y esponjosa, de color marfil una vez servida en su vaso aflautado para cervezas de trigo.
Aroma: Se percibe claramente aromas a pan y cereal, a levaduras y algunas notas cítricas.
Sabor: Se trata de una cerveza con un sabor muy profundo y consistente, notablemente carbonatada. Maltosa y con cuerpo, resulta ligeramente afrutada. En boca muestra sabores opuestos que van del dulzor de la malta de trigo al comienzo del trago hasta un cierto amargor y acidez en el regusto. Se muestra como una cerveza equlibrada, muy refrescante y nada empalagosa.

Nota: 8/10

Comentarios

  1. Enhorabuena por el blog! lo he encontrado por casualidad y ya lo tengo como referencia a la hora de buscar cervezas. Un saludo

    PD: por cierto, soy el seguidor número 100 :)

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    1. Muchas gracias amigo!!! Me alegro de tener lectores tan fieles y que mucho nuevos me vayan descubriendo por la red. Efectivamente eres el seguidor público número 100 del blog, que parecía que costara que llegase, aunque tengo muchos más en facebook y en twitter. Esperemos que sigan creciendo. Señal de que aquello escribo la gente lo encuentra interesante. Salu2!

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  2. Conozco paulaner y franziskaner desde los catorce años y estoy de acuerdo con lo que dices.Con el paso del tiempo me ha ido ganando en sabor colocandose en primera posicion paulaner.Por otra parte agradezco que gente dedicada como tu haga posts tan interesantes como es el caso.
    Cuando un botellin se sostenga en mi barriga estando de pie,entoces dejare de beberla.
    MIL GRACIAS POR LA INFORMACION DETALLADA: GAMEZSAURIO

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  3. Mi cerveza favorita, sin duda, y mi salvación cuando estuve embarazada, su variedad sin alcohol es riquísima. Muy difícil de encontrar, ¡eso sí!
    ¡Muchas felicidades por tu blog! ¡Es una pasada! El post sobre la Pilsner Urquell me recordó nuestro viaje por Chequia y la visita a su fábrica, ¡nos encantó! Qué diferencia con la broma pesada de la Heineken en Amsterdam.

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