Oldenburg, todo un clásico cervecero en Madrid


Cuando comencé a escribir en este blog, la idea que tenía era no sólo comentar las cervezas que había degustado y conocer algo más de ellas, de su historia o alguna curiosidad. También quería abarcar otros temas, como coleccionismo, rutas cerveceras por ciudades, locales recomendables a donde ir... y es precisamente de esto de lo que quiero hablar en la entrada de hoy. Voy a hablaros de uno de los sitios con más solera dentro de las cervecerías de importación que hay en Madrid. Se trata de la cervecería Oldenburg (que toma el nombre de una ciudad alemana), situada en la zona céntrica de la glorieta de Bilbao, más concretamente en la calle Cardenal Cisneros, en el corazón de una zona, que para los que somos cerveceros y vivimos en Madrid o alrededores, se está convirtiendo en referencia. De hecho, recientemente el Oldenburg ha abierto en la misma calle otra sucursal, en un local más moderno, con más espacio,  pero con la misma filosofía en cuanto a la cerveza.
Seguramente muchos de vosotros conocerá o habrá oído hablar del famoso Café Delirium, que hay en Bruselas, por ser un templo para los cerveceros, ya que ostenta el récord Guinness de ser el local con mayor variedad de cervezas del mundo. Bueno, pues salvando las distancias, el Oldenburg viene a ser el "Delirium madrileño", de hecho ostenta otro récord Guinness, el del local con mayor variedad de cervezas por metro cuadrado, ya que el local es digamos, como decía la canción, "algo pequeñito", aunque sus 14,4 metros cuadrados dan de sí, y están muy bien aprovechados. A pesar de no ser de grandes dimensiones, la cervecería resulta atractiva a la vista, por el gran número de latas y botellas de cerveza que tienen en sus estantes hasta el techo, y por ser realmente acogedor. Los dueños, un matrimonio de cierta edad, son muy agradables, y si andas un poco dubitativo a la hora de elegir dentro de la extensa carta, siempre están dispuestos para ayudarte a escoger.


El Oldenburg es toda una institución para los amantes de las cervezas de importación, y durante muchos años ha sido el sitio por antonomasia en Madrid, en lo que a cervezas de importación se refiere. Hoy, es cierto, que va habiendo cada vez más locales del estilo, y más abiertos a las nuevas tendencias marcadas por las micro-cerveceras americanas, pero aún así, es un sitio que merece mucho la pena visitar para tomar alguna cerveza.
Se trata de un local además dedicado en exclusiva a la cerveza, allí se bebe cerveza y prácticamente nada más. Aunque eso sí, también ofrecen alguna cosilla para picar, muy típica de este tipo de locales, como salchichas, tablas de patés y quesos y ensaladas . Una oferta gastronómica un poco limitada, pero es que precisamente la especialidad del local es la cerveza. Entre la gran variedad de cervezas que podemos tomar, hay 12 grifos para cerveza de barril y más de 200 cervezas en botella, donde podemos encontrar de todos los estilos y países, como las bock y weizen alemanas, en especial la Schnneider, u otras cervezas teutonas como las Andechs, hasta las belgas trapenses, de abadía y otras ales,  como  las Chimay, Rocherfort, Tripel Karmeliet, Kwak, etc., pasando por las stout y otras típicas ales británicas.


Volviendo a hablar de los propietarios, José Luis, el marido del matrimonio que regenta el local, estudió técnicas de producción de cerveza en Bélgica, y ha dado seminarios y conferencias sobre cervezas, organizado catas, etc. Fue quien introdujo en España algunas marcas para nosotros muy conocidas hoy en día, como Leffe o Urquell, ya que fue director comercial de la compañía importadora, en una época en la que era una apuesta un poco arriesgada. Este hombre además produce su propia cerveza, de hecho, es el responsable de la receta para la elaboración de la cerveza Te Deum, de la que es propietario, y que seguramente conozcáis. Esta cerveza se produce en Bélgica siguiendo sus directrices y luego es transportada a España. Es una de las que se sirve en el local, pero igualmente la podéis adquirir en hipermercados como Hipercor o Alcampo, en sus respectivas secciones de cervezas de importación.

Finalmente deciros, que si os decidís por hacer una visita al Oldenburg, creo que no os defraudará, pero hay que andarse con ojo los fines de semana y los jueves por la tarde porque se pone hasta la bandera a partir de cierta hora, por lo que es buena idea no ir demasiado tarde, hacerse un hueco y disfrutar, pero cuidadito con dejarse llevar, que más de uno inmerso en probar una cerveza distinta tras otra, ha terminado saliendo algo perjudicado.

Comentarios

  1. Había oído algo sobre este local pero por fin leo algo más de información y, sobretodo, veo fotos.

    Muchas gracias compañero. Espero que si nos vemos en unos meses como tengo pensado, nos podamos tomar juntos unas buenas cervecitas.

    Saludos!

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  2. Claro que sí! Este sería un muy buen sitio para compartir unas cervezas. Cuando tengas pensado venir para acá, lo vemos. Salu2!

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