Fantome, Boo!



Desde hacía ya un tiempo, llevaba buscando la oportunidad para poder hacerme con esta cerveza de culto: la Fantome, de la que a más de un cervecero le había oído hablar maravillas. Por fin llegó esa ansiada oportunidad y pude comprar una botella de 3/4, el formato habitual de esta cerveza.
La Fantome es una cerveza belga, proveniente de la región de las Ardenas, más concretamente de la divisón administrativa de Luxemburgo, situada justo al lado del país del mismo nombre. La Fantome fue creada en el año 1988 por Danny Prignon y su padre con el objetivo de reavivar la tradición cervecera de su pueblo.
Tras un largo periodo trabajando para el sector del turismo, el Sr. Prignon decidió volcarse en una actividad que le mantuviese en contacto con sus raíces, su pueblo, su región. En seguida surgió el interés por las antiguas recetas cerveceras de la región, y la idea de crear una cervecera propia. Antiguamente cada pueblo tenía su propia cerveza fabricada y vendida a diario en lugares tan comunes como una panadería, y el Sr. Prignon quería recuperar esta tradición, por lo que se decidió a montar la cervecera.
El nombre de Fantome, fue elegido inspirándose en la antigua leyenda de la princesa Bertha de La Roche, la principal atracción turística de la región durante el verano. De hecho el logo de la compañía es un simpático fantasma que aparece en el etiquetado de sus cervezas. 
Uno de los objetivos que perseguía Danny Prignon era ser diferente a los demás, creando una cervecera con personalidad propia, tradicional, artesanal, de carácter familiar, involucrada con su pueblo y su región, y que fuera capaz de producir cervezas diferentes.
Todo en esta cervecera es realizado de forma artesanal, incluso el embotellado, y cada semana se realiza la producción de una sola cerveza, es decir, que sus cervezas no se preparan dos veces de la misma manera, por lo que sus cervezas podrían ser consideradas una pequeña obra de arte. De hecho hay cerveceros que aseguran que si pruebas dos o más veces sus cervezas, cada vez te sabrán de forma distinta, algo que también sucede con otras cervezas artesanas.
Aunque la cervecera produce distintas cervezas (la Pissenlit, la Black Ghost...) la que probé y que ahora comentaré en la cata es su cerveza estrella, la Fantome, una saison que podría adelantar, que tiene un toque diferente a todas las cervezas que había probado hasta ahora.

Cata:

Graduación: 8º
Aspecto: De un tono amarillo-anaranjado pálido, similar al albaricoque. Presenta un buen grado de turbidez, y un elevado nivel de carbónico, con burbuja fina. Se aprecian restos de levadura claramente visibles en la botella, que hay que remover para mezclar adecuadamente. Forma una capa de espuma blanca burbujeante, muy porosa, que crece con mucha rapidez hasta un grosor de un dedo aproximadamente, de buena retención pero sin dejar apenas cordón alguno adherido al cristal.
Aroma: Aromática, profundamente afrutada, donde destacan los aromas a pera y manzana, y matices a uva y cítricos. Destaca también la levadura, y algunas notas especiadas y florales.
Sabor y textura: De cuerpo medio a alto, tiene buena entrada en boca, provocando sensanciones agradables, algo cosquilleantes, por el carácter burbujeante, chispeante, casi efervescente debido a su elevada carbonatación de burbuja muy fina, y a las especias. De textura granulosa, al comienzo presenta un carácter dulzón, de gusto profundamente afrutado, que por momentos nos puede hacer recordar a un zumo, donde destaca la pera (delicioso), la levadura y el azúcar, para dar paso a una acidez como la de la sidra, manteniendo el carácter afrutado, a manzana acompañada de matices cítricos. Finaliza con un regusto seco, y algo amargo, donde aparecen de nuevo las especias, con matices metálicos. Me ha parecido francamente increíble y diferente a todas las cervezas que he probado. La doy un 10 porque me ha encantado y no la puedo comparar con ninguna otra.

Nota: 10/10

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