Bamberg, pasión por la cerveza


Hace varios meses dediqué una entrada a una de las ciudades más cerveceras de toda Europa, Bruselas, probablemente la capital de la cerveza de Europa. Pero aparte de la urbe flamenca, tenemos otras ciudades por toda Europa, que todo buen cervecero debe conocer, como por ejemplo: Munich, Praga, Londres... Y entre todas ellas hay una que destaca particularmente, aunque a muchos no les suene el nombre: Bamberg. Ubicada al norte de Baviera, en la región más septentrional del estado, Franconia (Franken en alemán), es considerada como posiblemente la mejor ciudad cervecera de Alemania, por encima de la mismísima Munich, que ya es decir. Quizás este título simbólico extraoficial se deba a que en Bamberg y en sus alrededores se concentran nada menos que unas 300 fábricas de cerveza, aunque con la situación económica actual ha habido algún cierre. Hace algunos veranos tuve la oportunidad de visitar la ciudad durante una ruta en coche que hice por Baviera, y puedo decir que es sin duda un lugar altamente recomendable, al margen de que sean más o menos cerveceros, ya que alberga varias joyas arquitectónicas y forma parte del Patrimonio Histórico de la Humanidad desde 1993.


Bamberg es una pequeña ciudad barroca de unos 70.000 habitantes asentada a orillas del río Regnitz, y construida sobre los cimientos de la antigua ciudad medieval fundada antes del año 902, en el que fue construido el castillo de la familia Babenberg, en cuyo honor la ciudad recibió su nombre. De entre los monumentos más destacables tenemos: La catedral del siglo XIII, el palacio barroco de la antigua residencia de los obispos durante los siglos XVI y XVII, la nueva residencia de los obispos, usada a partir del siglo XVII y el ayuntamiento antiguo (Altes Rathaus), que quizás sea el edificio más emblemático y conocido de todo Bamberg, y que aparece en todas las guías, ya que se trata de un peculiar edificio, que parece sostenerse en el aire sobre una pequeña isla del río Regnitz.

Pero dejando a un lado los monumentos históricos, en Bamberg podemos apreciar que se respira en el ambiente una auténtica pasión por la cerveza. Hay multitud de gaststätte o tabernas, distribuidas por toda la ciudad donde es posible encontrar hasta 12 referencias autóctonas diferentes de cerveza en sus cartas, algo que no es demasiado habitual en Alemania, a pesar de la increíble tradición cervecera de este país. La cerveza que más fácilmente podemos encontrar es la Vollbier, una lager que puede ofrecer diferentes tonalidades, bien claras o más oscuras, y con acentuado sabor a malta. La versión sin filtrar y con poca carbonatación de las Vollbier, fue rebautizada con otros nombres como Kellerbier o Landbier. Este término seguramente sí sea conocido por muchos cerveceros que lean estas líneas. Probablemente las Kellerbier, de entre los estilos de cerveza Alemanes que existen, sea uno de mis favoritos. 
Otro estilo único que convierte a Bamberg cada otoño en un destino imprescindible para quienes nos gusta la cerveza, es el de la Bock. Cada año durante esa época, miles de aficionados recorren las fábricas que ofrecen sus versiones al público para ser degustadas.
Pero quizás, el estilo de cerveza por el que es más conocido esta ciudad francona, es sin duda, la cerveza ahumada, o rauchbier, aunque no sea ni mucho menos el estilo de mayor producción, ya que en la actualidad sólo hay dos cervecerías que la fabrican en la actualidad: la Schlenkerla y la Spezial, de las que hablaré un poco más adelante. Hasta el comienzo de la II Guerra Mundial también estaban las cerveceras Polarbär y Greifenklau que producían exclusivamente cerveza ahumada, pero lamentablemente desaparecieron. Eso sí, en el resto de Franconia existen más ejemplos de su tradicional cerveza ahumada. Las cervezas ahumadas, como su propio nombre indica, guardan una relación especial con el humo. En su proceso de elaboración, para maltear el cereal, resulta necesario que comience la germinación del grano, para que empiece la conversión de los azúcares complejos en simples. Este proceso sin embargo es necesario detenerlo antes de que se hayan perdido por completo las propiedades del grano. Para ello, normalmente se emplea calor, pero en Bamberg desarrollaron otro método en el que emplean humo proveniente de las brasas de madera de haya, lo que le da ese toque al sabor tan característico a turba, brasas de madera, profundamente ahumado, y que parece que estemos comiendo queso ahumado mientras que bebemos esta cerveza.

Como he comentado al comienzo de la entrada, son muchas la tabernas y cervecerías en Bamberg. Cuando visité la ciudad pude conocer los siguientes locales, recomendados en guías turísticas especializadas.


Enfrente de la conocida Schlenkerla, a escasos metros podemos encontrar esta cervecería de fachada también llamativa, con sus letras góticas y escudos en hierro forjado y pintadas en color oro. Los tanques empleados para la elaboración de la cerveza se encuentran visibles, lo que la distingue del resto de la cervecerías típicas de Bamberg. Llaman la atención sus desayunos que incluyen un vaso de cerveza de trigo, un surtido de salchichas y el típico pretzel bávaro. Muchos pensarán: los alemanes desayunan cerveza? normalmente no, pero en este lugar sí. La oferta es tentadora, para los que nos gusta desayunar de forma contundente. También es posible tomar una bandeja de degustación con sus especialidades cerveceras.


Esta es sin duda la cervecería más conocida de todo Bamberg y que figura en todas las guías turísticas. Su taberna es la que más visitantes recibe y se suele encontrar muy concurrida. Fundada en 1678, pero con orígenes aún más antiguos que se remontan a comienzos del siglo XV, actualmente es propiedad de la familia Heller-Trum, y que desde hacer 6 generaciones está íntimamente unida a la cerveza ahumada. Su rauchbier, con su cuerpo y gusto profundamente ahumado, es mundialmente conocida, aunque genere algunas discrepancias entre quienes la prueban. Los hay quienes la adoran, entre los que me encuentro, y los hay quienes realmente no pueden con ella, y son incapaces de terminarse una botella.Aquí la rauchbier fluye directamente de los barriles de madera que tienen apoyados en un mostrador.
El ambiente de la cervecería es realmente acogedor. Dada la cantidad de gente que acude, es necesario compartir mesa, pero el ambiente es cordial, y aunque no hablemos alemán, podemos pasarlo muy bien con los compañeros de mesa. La cerveza ayuda a romper el hielo, sin duda, y podemos acompañarla de contundentes platos típicos de la cocina bávara. Es posible además adquirir diferentes artículos de merchandising de la marca en una especie de pequeño quiosco. También tienen otra cervecería en el barrio de Stephansberg en las que se fabrican realmente las especialidades cerveceras de la casa, pero la imagen de la marca continúa siendo la taberna ubicada en el centro histórico.

 
Esta cervecería fue fundada en 1533 y pertenece a la familia Braun-Schröder desde mediados del siglo XIX. Klosterbrau es la cervecería más antigua de Bamberg. Bajando por una calle empedrada con mucho encanto, nos encontramos con esta gran cervecería, y lo que llama la atención enseguida es su fachada, enorme y pintoresca con unas grandes letras góticas en la pared y una terraza con amplias mesas de madera delante del edificio. Es una de los edificios más representativos de la arquitectura de la ciudad, aunque realmente la construcción no data de muchos años atrás, en contra de lo que pueda parecer. El interior no defrauda: mucha madera y trofeos de caza. La selección de cervezas incluye: Bock, weizen, pils, braunbier, y su particular versión de la schwarzbier, la schwarzla, con un toque ahumado.

Son las tres cervecerías que pude conocer durante una única jornada que estuve en la ciudad, aunque las guías turísticas incluían varias cervecerías más entre las que destacan especialmente dos: La Spezial, que produce otra excelente cerveza ahumada aparte de la Schlenkerla y la Fäsla creadora de la prestigiosa doppelbock Bambergator.

Al margen de las cervecerías hay un museo de la cerveza en Bamberg, que recomiendo visitar a los interesados en este mundo y que pasen por Bamberg. Se trata del Fränkisches Brauereimuseum, abierto al público desde 1984. Se encuentra en uno de los edificios históricos de la ciudad, la abadía benedictina de Michaelsberg, donde ya se producía cerveza desde el siglo XII. El museo organiza visitas que incluyen un recorrido completo por el proceso de elaboración,la evolución de la cerveza monástica a la cerveza comercial y una degustación de cervezas. Actualmente también cumple las funciones de archivo para historiadores cerveceros.

Como se puede apreciar Bamberg tiene mucho que ofrecer al visitante, tanto a nivel artístico histórico, como a nivel gastronómico, en especial gracias a sus cervezas, por lo que no dudéis en incluir a Bamberg en vuestras rutas si algún día visitáis Baviera.

Comentarios

  1. Me encanta Alemania y más concretamente todo el sur (Baviera y Baden-Wurtemberg) pero por desgracia Bamberg se me resiste aún. La verdad que debe ser un gozo pasear por esas preciosas callejuelas y tomar esas deliciosas rauch in situ acompañándolas de auténtica comida alemana. Me está entrando hambre sólo de pensarlo...jaja!!! Buen post y estupendas fotos!

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  2. Yo particularmente tengo debilidad por Alemania y por Baviera en particular. Alemania esconde muchas maravillas y la mayoría de la gente no lo imagina.
    He estado varias veces en Alemania, y la mejor fue en la ruta en coche que hice por Baviera. Aparte de Bamberg, vimos Würzburg, Coburg, Nürnberg, Rotemburgo, Ulm, Augsurg, Meersburg, Munich... etc. Y Bamberg me encantó como se nota en el post. Estupenda comida y mucha y buena cerveza. Y la gente mucho más amable y simpática de lo que muchos imaginan.
    Salu2.

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  3. Muy buen post JAB. Me guardo esta info, pues me gustaría visitar Alemania en breve y me vendrá genial :-). Te digo algo del tema latas para vernos la semana q viene!

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  4. Alemania en general es un destino que todavía tengo pendiente, y si ya le tengo ganas "turísticas", pues cerveceras no os cuento :-). Y respecto a Bamberg, el sitio parece precioso en las fotos, así que me lo guardo en la lista de lugares a visitar cuando vaya por tierras bávaras ^_^.

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