St. Bernardus Tokyo, un belga en la capital nipona


Si hablamos de St. Bernardus, sin duda estamos haciendo referencia a una de las mejores cerveceras especializadas en fabricar cervezas de abadía al margen de las abadías trapenses. El conjunto de sus cervezas alcanza un nivel de calidad difícilmente igualable, destacando por guardar todas ellas una gran complejidad y variedad de matices por lo que son muy apreciadas por los cerveceros, en especial por aquellos que sienten predilección por las cervezas de este estilo, como un servidor, por lo que si no conocéis nada aún de esta cervecera estáis cometiendo un auténtico pecado, del que os arrepentiréis sin duda cuando probéis la primera.
La St. Bernardus ya ocupó en el pasado el protagonismo del blog en más de una ocasión, destacando el post dedicado a describir las enormes bondades sensoriales que ofrece la que posiblemente sea su cerveza estrella, la St. Bernardus Abt. fácilmente reconocible por su etiqueta de color azul. Para mi gusto, una auténtica obra maestra cercana a la perfección si es que no la alcanza. "Teóricamente" se trata de la receta de la ale St. Sixtus, la célebre Westvleteren XII, sólo que elaborada fuera los muros de la abadía, gracias a la cervecera de Watou, que mantuvo durante años la licencia de producción y comercialización de la célebre ale St. Sixtus concedida por la abadía. Por tanto resulta sencillo hacerse una idea de la delicia que supone llevarse una botella de esta maravillosa cerveza a los labios.
En este caso la cerveza comentada en el blog es un tanto especial, ya que va dirigida al mercado japonés. Ya lo deja claro su propio nombre, St. Bernardus Tokyo. La cerveza es una bebida que goza de gran afición en el país del sol naciente, junto con el whisky, aunque no lo parezca. De hecho los japoneses son capaces de fabricar algunos de los mejores whiskys del mundo, y en tema de cervezas tampoco lo hacen mal,  elaborando cervezas de calidad. En esto seguramente tenga mucho que ver los siglos de tradición que hay detrás de la elaboración de su bebida más genuina, el sake, que guarda muchas similitudes con la cerveza.
El caso es que los japoneses como grandes amantes de la cerveza que son, tienen a las cervezas belgas en alta estima, lo que ha animado a que St. Bernardus se decidiera por abrir un local propio en el país nipón. La apertura del pub estaba prevista para el mes de agosto en Kanda, Tokio. Precisamente además este próximo fin de semana es el Belgian Beer Week End de Tokyo celebrado en el Roppongi Hills Arena.
El pub es fruto de la sociedad creada entre la cervecera belga y un anfitrión amigo de la cervecería, Ryohei Sugawara-san. Para celebrar precisamente la apertura de este primer café belga, se fabricó en febrero de este mismo año una cerveza de edición especial, la St. Bernardus Tokyo, de la que se produjeron sólo 175 hectolitros que fueron destinados a Japón mayormente mientras que una pequeña parte se quedó en Europa y otra viajó a los Estados Unidos. Afortunadamente me pude hacer con una botella gracias a las pocas que pudieron llegar a España de la mano de la distribuidora Cervebel. La St. Bernardus Tokyo se trata de una cerveza blanca, o witbier, aunque un tanto especial, ya que contiene 6º de alcohol, lo que no suele ser habitual en cervezas de este tipo, con graduaciones usualmente inferiores. También es importante destacar que está elaborada con trigo malteado y no "en crudo",  lleva dos clases de lúpulo: Golding y Magnum.
Además de lo singular de la cerveza dentro del estilo, la presentación de la misma en formato único de botella de 75cl. con un etiquetado especial hace las delicias de los coleccionistas. En la etiqueta podemos ver la bandera de Japón junto al habitual simpático monje,(pero en esta ocasión ataviado con un kimono que parece haber salido del célebre periodo Edo japonés, la posible edad de oro de los shogunes) sosteniendo su copa, donde aparece el nombre de Tokyo, en lugar del de la cervecera. En el fondo, tras el monje, podemos apreciar un cerezo con sus bellas flores de color rosado, la flor nacional del país. Además es posible encontrar en un lateral la fecha de fabricación pero con tipografía japonesa. En resumen, toda una tentación para cualquier amante de las etiquetas.


Cata:
Graduación: 6º
Temperatura de servicio: 6ºC
Tipo de vaso recomendado:Vaso Hoegaarden, copa pils, vaso weizen.
Aspecto: De color amarillo oro intenso. Con bastante turbidez y una capa de espuma muy amplia (cerca de 4 cm. de espesor), de color blanco y con muy buena retención presenta una apariencia cremosa en conjunto. Carbonatación claramente visible junto al cristal.
Aroma: Cerveza muy aromática. Destacan las notas a trigo, y muchos ésteres de levadura belga, con matices dulzones y afrutados donde destaca el plátano. También se perciben matices cítricos, en especial cáscara de naranja, y también limón, y algo de fruta tropical/exótica (lichi). También se detectan notas de cilantro, aunque no de otras especias.
Sabor y textura: De cuerpo medio y carbónico cosquilleante, es una cerveza con un paso cómodo por boca, con una textura muy cremosa y con más empaque que una tradicional witbier. Dulce al comienzo y repleta de matices de trigo y afrutados, donde vuelve a destacar el plátano. Mucha levadura y un toque lupulado visible donde aparecen cítricos. Final  delicadamente dulce y con un punto especiado. Deliciosa.
Maridaje: Mejillones al vapor con salsa de mostaza

Nota:

Comentarios

  1. Todavía no la he probado! Hace unos meses que alguien me comentó algo sobre esta birra y desde luego la historia que tiene detrás es muy curiosa. Por la nota de cata, tiene buena pinta, desde luego y el diseño, como dices, curioso y exclusivo. Me voy a tener que hacer con una, que remedio, jejeje. Un saludo!

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    1. Historia realmente curiosa porque ha sido la primera cervecera belga que ha tenido el valor de montar un pub en la capital de Japoón. Quien haya visitado aquel país, si además conoce el mercado cervecero de allí, comprenderá que realmente no ha sido una idea para nada descabellada, sino más bien muy acertada. A mi me gustó mucho como ha quedado patente en mis comentarios, porque añadía un punto diferente a las clásicas witbier. En este caso nos encontramos con más cuerpo, más alcohol, sabor más intenso a trigo y mucho plátano, por lo que se acerca por momentos a una weiss de trigo alemana. Vendría a ser una especie de híbrido entre las wit y las weizen, con un punto más de malta y alcohol. No dudes hacerte con una de ellas. No te defraudará. Salu2!

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  2. Genial repaso a una de las grandes cerveceras :-). Tengo la Tokyo en la bodeguita a punto para ser atacada en breve. Leyendo tu revisión veo que fue una gran adquisición (y a muy muy buen precio).

    Desconociendo qué me encontraría, había pensado maridarla con pescado. Viendo tus impresiones, me ha entrado alguna duda, aunque seguiría apostando por ello. ¿Cómo lo ves?

    Un saludo JAB, y hasta bien prontito, la semana que viene :-).

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    1. Sin duda fue una gran adquisición. De esta cervecera no me he llevado chasco con nada de lo que he probado. Las wit apetecen sobre todo ahora en temporada veraniega, aunque no son mi estilo favorito, pero me sorprendió en esta ocasión, porque me encontré con algo un tanto diferente. Había oido algún comentario no muy halagüeño, pero en mi caso, la botella que probé estaba excelente. En cuanto al maridaje, recurrí a uno de los clásicos, pero efectivamente un pescado blanco también es un acertado acompañamiento. Un saludo y nos vemos efectivamente el miércoles! ;)

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  3. Aunque no las tenía todas conmigo de poderla conseguir (dudas de las que fuiste partícipe... :P) finalmente pude hacerme con una :D. Tengo que reconocer que pensaba que sería una simple golosina para coleccionistas pero viendo tu reseña me doy cuenta de que no, cosa que deja en muy buen lugar a una cervecera que ya de por sí tengo en el cielo.

    Joan y JAB, sobre el maridaje, aunque el clásico de los mejillones es muy recurrente casi que me decantaría por algún tipo de pescado (quizás blanco) acompañado por una salsa no excesivamente fuerte.

    ¡Saludos!

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    1. Me alegro de que al final te pudieras hacer con una botella. Yo también la compré con cierto escepticismo, pero conociendo los antecedente de otras referencias de la cervecera no lo dudé demasiado para lanzarme a comprarla. Tal y como comentaba a Joan, el maridaje que elegí es el clásico por excelencia, pero cierto es que el pescado blanco le va muy bien quizás con una salsita de cebolla. Ya me dirás cuando te decidas a descorcharla. Seguro que nos deleitas con alguna de vuestras maravillosas recetas. Salu2!

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  4. La probé este finde en el BBF en Bruselas. De barril. Muy buena, perfectisima para este tiempo. Si es que el monje nunca defrauda. Por cierto, ¿a cuanto cotiza una botella por estos lares? Nada me sorprendería (para mal)

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    1. Pues si te digo la verdad no recuerdo con exactitud lo que me costó porque formó parte de una compra con otras cuantas botellas. Creo que estuvo entorno a los 8 euros, pero no estoy seguro. Salu2!

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  5. La verdad es que es muy buena cerveza, como ya se ha dicho: "el monje nunca defrauda", pero he de decir que personalmente prefiero la Abt 12 o la Christmas Ale de la misma St Bernardus Brouwerij. No obstante, muy interesante tu entrada

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    1. Efectivamente las St. Bernardus son un valor seguro. Pero al igual que en tu caso me quedo sin duda con la Abt 12. Aún así muy destacable esta Tokyo. Salu2!

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  6. No está mal, pero esperaba un poquito más de una st bernardus...

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