Maredsous 8, una doble para repetir dos veces


Recientemente he oído hablar acerca de la aparición, o más bien de la concesión del sello de "Producto Trapense" a una nueva abadía, Stift Engelszell de nombre, en esta ocasión situada en Austria, lejos de las tierras del Benelux, donde se encontraban las 7 abadías-cervecerías trapenses. Inspirado por ello, y teniendo en cuenta mi afición por las cervezas de abadía, paso a dedicar la entrada de hoy a una de las cerveceras de este estilo que más me han gustado, la Maredsous, y concretamente a la que creo que es la mejor de todas sus cervezas, la 8, dejando para un poco más adelante la entrada dedicada a la trapense austríaca.

Sobre la cervecera...
El origen de este monasterio se sitúa a mediados del siglo XIX cuando una comunidad de monjes procedentes de Baviera, concretamente de la abadía alemana de Beuron, llegó al pueblo valón de Denée con la intención de instalarse en un terreno procedente de una donación por parte del propietario de una imprenta de textos religiosos. El 15 de Octubre de 1872 la comunidad de monjes liderados por quien fue su tercer abad, Hildebrand de Hemptine, conocido más adelante como Dom Columba Marmion, se integró en la Orden de los Benedictinos y construyó un hermoso monasterio de estilo neogótico, con la ayuda de la familia Desclee, empresarios industriales de la ciudad de Tournai. Los trabajos de construcción, que duraron 20 años, fueron dirigidos por el arquitecto Jean Baptiste Béthune, especialista local en ese estilo arquitectónico. Los planos del monasterio están inspirados en la Abadía cisterciense del siglo XIII de Villers-la-Ville, que se encuentra en la región de Brabante Valón. La construcción se dio por concluida en 1892. Aparte, para responder a las necesidades económicas de la comunidad monacal, empezaron a cultivar lúpulo, con la intención de posteriormente elaborar cervezas, bajo el nombre de Maredsous

Después de forjar una gama de cervezas, todas ellas de alta fermentación, durante la I Guerra Mundial los alemanes desmantelaron todas las instalaciones de las que disponían los monjes, para aprovechar el cobre, confiscándolo. Tras el varapalo, los monjes de Maredsous tomaron la decisión de encargar la elaboración de sus cervezas a un productor externo, una pequeña cervecera de Chatelineau, llamada la Brasserie du Falleau. El monje Père Atout, de tradición cervecera, puesto que era hijo de cervecero, fue quien se encargó de hacer la labor de maestro cervecero, supervisando la aplicación de las recetas. El resultado al poco tiempo fue un éxito rotundo. Pero en 1961 la cervecera La Falleau termina por cerrar sus puertas y la licencia de producción es traspasada a la cervecera que fabrica la célebre Duvel, la Moortgat, uno de los productores más importantes que hay en Bélgica de cervezas especiales de alta fermentación. Actualmente elabora bajo el sello de Maredsous tres diferentes variedades: Maredsous 6, una blond; Maredsous 8,  una bruin; y Maredsous 10, una triple, todas ellas con una segunda fermentación en botella. Aparte de las cervezas, los monjes de la abadía también comercializan un queso semiduro, de corteza lavada, y elaborado a partir de leche de vaca, en formato de barra entre uno y tres kilos que tiene un rico gusto, suave y mantecoso, con un toque ahumado, y que goza de buena aceptación en la región.
De este modo los monjes se han garantizado, y lo siguen haciendo, los recursos económicos que precisan, para mantener la viabilidad de su comunidad, y los edificios donde residen.


Graduación:8º
Temperatura de servicio: 12ºC aprox.
Tipo de vaso recomendado:Copa de cáliz.
Aspecto: De color marrón oscuro, con brillos cobrizos al traslúz en las cercanías del borde de la copa. Presenta un aspecto medianamente compacto, a lo que ayuda una espuma de color beige de espesor medio y densa, y duración prolongada, apoyada sobre una notable carbonatación que es visible a través del vidrio.
Aroma: Cereal tostado con muchos matices afrutados, principalmente frutos oscuros como ciruelas y pasas, pero también fresas, levadura, un punto de azúcar, y algo de alcohol, pero que rápidamente se ve mitigado.
Sabor y textura: De sabor similar a lo detectado en nariz, con el grano tostado predominando, lo que dota de cierto amargor que equilibra notas dulces de malta y fruto oscuro, donde destacan las pasas y algo menos ciruelas y dátiles. De cuerpo medio-alto y textura bastante cremosa, tiene un paso por boca agradable, a lo que ayuda lo bien que está rematado el alcohol en el producto y finaliza con un leve dulzor, que desemboca en un regusto seco no demasiado prolongado. Buen ejemplo de una doble de abadía. De lo mejor del género dejando de lado a las dobles trapenses.

Maridaje:Jamón asado en salsa de ciruelas.
Nota:

Comentarios

  1. Joer..., ayer noche precisamente me tome una que hacía tiempo la tenía en el armario casi olvidada. Te doy la razón..., un cervezón en todos los aspectos...

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    1. Está muy bien hecha, y salvo las dobles de las abadías trapenses, me parece la mejor cerveza belga en su estilo. Yo suelo ser más de triples y cuádruples en función del momento. Pero una buena doble, con malta ligeramente tostada, y ese aroma a fruta oscura... tiene su momento.

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  2. Verdaderamente interesante la historia de la cervecera. En cuanto a la Brune os doy la razón, me parece muy pero que muy buena! Aún recuerdo cuando casi por descarte, buscando algo nuevo que probar en el que fue mi primer local cervecero, la probé. No me esperaba demasiado de ella (la etiqueta tampoco es que sea nada del otro mundo) y quizás por eso me quedé más sorprendido aún... Saludos!

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    1. Justo a mi me pasó algo parecido la primera vez que la probé, y es que además esa etiqueta un tanto anodina... cuántas grandes cervezas se esconden tras una sencilla etiqueta. Iba a probar la triple, pero el dueño de la cervecería me recomendó la doble, y me alegro de haberle hecho caso en aquella ocasión. Más tarde las probé todas ellas, pero me sigo quedando con esta, con la 8. Salu2!

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  3. ..Apuntada queda..

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    1. Si te gustan las cervezas de abadía, no te defraudará. Salu2!

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  4. En badajoz tengo la suerte de tomarla de barril, es mi favorita aunque hay que tener cuidado con ella por su graduación, es un placer y un descubrimiento después de que deje de encontrar la grimbergen doble en el supermercado

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