Grodziskie, una extraña invitada polaca


Si en el anterior post hablaba de las Gose, uno de los estilos históricos europeos que están viviendo al parecer un inusitado interés, dentro del todavía reinado del lúpulo, en este post voy a hablar de las polacas Grodziskie. De forma nada premeditada, se dio la circunstancia de que una referencia de ambos estilos totalmente desconocidos para un servidor, cayeron en mis manos, y dada su peculiaridad (porque estamos hablando de cervezas notablemente diferentes a lo que habitualmente consumimos) decidí que era buena idea dedicarles un post. Y no soy el único dentro del círculo de "bloggers" cerveceros españoles que ha mostrado interés por tan singulares cervezas, señal de que estamos posiblemente frente a algo más que un soplo de aire fresco dentro del panorama actual, donde el lúpulo ha impuesto su dominio, frente a otros tipos de cervezas. Cuanta más variedad, mejor!

Sobre el estilo

Nos encontramos frente a un estilo enmarcado dentro de las cervezas de alta fermentación, caracterizado por: el color ámbar de sus cervezas, por utilizar maltas ahumadas de trigo, por el bajo contenido alcohólico y por el elevado grado de carbonatación, lo que a priori las sitúa como cervezas especialmente pensadas para mitigar la sed y refrescar, aunque estemos hablando de Polonia, tierra de vodka y gélidas temperaturas durante buena parte del año.

El estilo como apuntaba al comienzo del post es de origen polaco. El término Grodziskie ya anticipa, gracias a su fonética, que se trata de algo proveniente de tierras del este de Europa. El por qué de tal nombre, se debe, tal y como sucedía con las Gose alemanas, a la localización geográfica del nacimiento del estilo en sí, en este caso la localidad Grodzisk Wielkopolski. Dado que Polonia y Alemania son países que comparten no pocos kilómetros de fronteras, el estilo también tuvo cierta repercusión en Alemania, en gran parte porque la población mencionada se encontró bajo dominio prusiano en el pasado durante casi un siglo, por lo que el término Grodziskie también tiene su equivalente en lengua germana, Grätzer.
El estilo, forma parte de ese conjunto de estilos históricos que tienen detrás de sí una larga tradición, ya que desde el siglo XIV se tiene constancia de que se elaboraban cervezas de este estilo. Casi como sucede el esplendor cervecero de Haarlem (ciudad natal de uno de los elaboradores de la referencia comentada en este post), el estilo se mantuvo vigente desde el medievo hasta el siglo XX, siendo 1993 el año en el que cerró la última fábrica que elaboraba cervezas de este tipo.

Sin embargo, a comienzos de 2012 la reconocida microcervecera holandesa Jopen y la más joven alemana The Monarchy (de la que hablamos brevemente en el más reciente post) se pusieron manos a la obra, junto con los escritores especializados en cerveza, Ron Pattinson y Evan Rail, para lanzar al mercado una cerveza que permitiese recuperar este estilo del pasado y traerlo hasta el presente , intentando respetar de la forma más fiel posible la receta original, y además por partida doble, ya que al igual que sucedía con la Son of a Batch, en este caso hay dos versiones de la cerveza: Una de ellas bautizada con el nombre alemán del estilo, Grätzer, y otra que incluye corteza de sauce en su elaboración (tal y como se hacía en las cervezas más primitivas del estilo) a la que llamaron Grodziskie , y de la que incluiré la nota de cata al final del post.



Sobre (una de) la(s) cervecera(s)...
No es la primera vez que la prestigiosa cervecera holandesa Jopen aparece en el blog, cuando hablé de la que personalmente para mi es su mejor elaboración, la Koyt.
En Holanda, uno se puede encontrar con hechos muy curiosos y únicos, como una exposición de arte erótico en el interior de una iglesia. Precisamente la cervecera Jopen se encuentra instalada en la Jacobskerk desde 2010, una antigua iglesia de la pequeña y bella ciudad de Haarlem, que además de acoger la fábrica de cerveza también alberga un restaurante-café, donde los clientes pueden observar como se lleva a cabo la elaboración de la cerveza desde sus cómodos asientos mientras que saborean su comida.
Haarlem fue a lo largo de varios siglos de su historia una ciudad unida a la tradición cervecera. Como muestra de ello, en 1543, se alcanzó un volumen de producción de 13 millones (millones, sí) de litros, y entre los años 1620 y 1640, la ciudad llegó a contar con un total de 52 fábricas de cerveza, lo que convertía a la producción cervecera, en una de las actividades económicas más importantes de la población, tanto que hasta uno de los alcaldes de la ciudad, precisamente fue productor de cerveza. Pero su época de esplendor finalizó a comienzos del siglo XX, cuando en 1916 la fábrica Het Scheepie cerró sus puertas. 
A mediados de la década de los 90, concretamente en 1994, un grupo de entusiastas cerveceros repletos de ilusión y de deseos de éxito, reunidos en la Sociedad Cervecera de Haarlem, decidieron crear esta cervecera, cuyo nombre hace referencia al término usado para llamar a los barriles de madera de 112 litros en los que se transportaba la cerveza a través del río het Spaarne, que se hicieron tremendamente populares en la ciudad. El hecho de la elección de tan significativo nombre nos revela la intención firme de la cervecera por recuperar algunos estilos históricos de cerveza, que con el paso del tiempo casi desaparecieron por completo, como es el caso del estilo que nos ocupa hoy. La primera de sus elaboraciones, la Jopenbier, es justamente la materialización de una receta que data de 1501El éxito de la cerveza resultó absolutamente arrollador, y en muy poco tiempo quedó patente que la cerveza Jopen de Haarlem no sería tan solo una cerveza conmemorativa de aparición fugaz aquel año. Sin duda los inversores que se unieron al proyecto resultaron indispensables para consolidar el prometedor futuro aventurado para la fábrica. Así fue como Jopen le ha devuelto el honor a la tradición cervecera de Haarlem. Los principales artífices de este éxito empresarial dentro del sector cervecero holandés y europeo son el director Michael Odeman, el maestro cervecero Criss Wisse, quien actualmente controla la producción a distancia y sus colaboradores Leon Kuijt y Jelle Aaij. La mejor muestra de su buen hacer son las buenas críticas cosechadas por sus referencias, así como los galardones internacionales que han logrado obtener, lo que hace a sus cervezas muy apreciadas tanto a nivel local como fuera de sus fronteras.



Cata

Graduación: 4º
Temperatura de servicio: 5ºC-6ºC
Tipo de vaso recomendado:Copa aflautada para weizen, pinta o teku.
Aspecto: De color a medio camino entre un tono amarillento y un ámbar pálido, con un elevado grado de turbidez y abundante carbonatación claramente visible. La capa de espuma, realza el atractivo de la cerveza con su color blanco, y su buena retención, con abundantes restos adheridos al vidrio en forma de aros lacrimosos.
Aroma: El aroma resulta bastante llamativo. Notas aromáticas a cereal, melaza, levadura, madera  y sobre todo humo, lo que dificulta un tanto descubrir el fondo dulzón que se intuye desde el comienzo.
Sabor y textura: Cerveza de cuerpo medio, carbonatación acentuada, aunque de fina burbuja, y gusto peculiar, en el que un sabor extraño caracterizado por matices picantes, salados y notas a madera quemada, más que malta ahumada, la hace extraña y algo difícil en el final del trago. Por contra los leves matices a malta, azúcar y levadura la suavizan y la aproximan hacia las cervezas de trigo. Otras notas como madera, plantas medicinales y un punto ácido, casi agrio complementan el espectro de sensaciones. Cerveza interesante de final seco, muy distinta y refrescante, difícil de evaluar, aunque presumiblemente a muchos les cueste repetir.
Maridaje: Escalivada con pimientos, berenjena y tomates asados.
Nota:  

Comentarios

  1. Muy buen post JAB, era un estilo desconocido para mí, hasta que hace unos días Pau (lupuloadicto) y ahora tu nos hablais de él. Habrá que ver si podemos conseguir esa Grodziskie de Jopen y probar este estilo.
    Saludos!!!!

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    Respuestas
    1. Muchas gracias Gonzalo! Estos estilos históricos tienen su interés y afortunadamente ahora con el esplendor que está viviendo la cerveza producida al margen de las macros industriales, estos estilos se están recuperando. Tanto las Gose como las Grodziskie son bastante particulares, ya que los sabores salados y agrios no se encuentran de forma habitual en la cerveza, al menos la que está acostumbrada a consumir el público español.
      Salu2!

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