Belgian Beer Weekend 2013, el paraíso de la cerveza belga.


Este será el primero de una serie de posts dedicados a la cerveza de Bélgica: cómo se vive, se disfruta, dónde se puede comprar y degustar en su capital tras un viaje a Bruselas con motivo de la celebración del Belgian Beer Weekend

El festival...
Durante el primer fin de semana de septiembre, desde hace 15 años, la majestuosa Grand Place de Bruselas se convierte en el epicentro del mundo cervecero durante 3 días con motivo de la celebración del Belgian Beer Weekend, o también conocido como la Feria de la Cerveza Belga, una cita ineludible para todo cervecero y en especial para los amantes de la cerveza belga. La edición de 2013 tuvo lugar los días 6, 7 y 8 de Septiembre, durante los cuales todos aquellos que se acercaron hacia el corazón de la capital belga tuvieron la oportunidad de disfrutar de una variedad de cervezas belgas (tanto en grifo como en botella) como en ningún otro lugar ni momento del año en todo el planeta, además de poder degustarlas en un entorno mágico y de única belleza como el que forman las fachadas de los edificios de la Grand Place, convirtiendo a Bruselas en el paraíso de la cerveza.


Los responsables de la celebración de esta fiesta de la cerveza belga, son los miembros de la Federación de los Productores Cerveceros Belgas (Federation of Belgian Brewers, www.belgianbrewers.be). La Federación es una de las asociaciones profesionales más antiguas del mundo y todas las cerveceras belgas pertenecen a ella. Su cometido más importante es defender los intereses generales del sector cervecero tanto en materia económica como social y ética. El organismo actúa como interlocutor oficial de los productores cerveceros belgas con la comunidad local, federal, europea e internacional. Su campo de acción cubre todos los sectores de importancia de la industria cervecera, centrándose en particular en la promoción de la cerveza, teniendo en cuenta la prevención y cuidado de la salud y al mismo tiempo la calidad de la cerveza.

El festival contó con la presencia de una gran cantidad de diferentes productores belgas, tanto grandes fabricantes industriales, como pequeños cerveceros artesanos, que ofrecieron codo con codo, una muestra más que representativa de las diferentes referencias que componen sus respectivos portfolios. 

Los productores que acudieron en la edición de este año fueron:
Sint Jozef, Van Steenberge, Abbaye du Val Dieu, Des Fagnes, Lindemans, Lefebvre, Slaghmuylder, Verhaeghe, Alken-Maes, Dupont, Huyghe, Palm, De Troch, Van der Bossche, Du Bocq, Roman, Sint-Bernardus, De Ryck, Van Honsebrouck, Silly, Bavik, Haacht, Boon, Het Anker, De Halve Maan, Des Légendes, Bosteels, Martens, De Dool, Achouffe, Caracole, D'Eucassinnes, Saint Feuillien, John Martin, Caulier, Malheur, Duvel-Moortgat, Contreras, Abbayé des Rocs, AB InBev, Bockor, Dubuisson junto con varias abadías trapenses concentradas en un único stand dedicado en exclusivo a ellas. En total más de 350 diferentes cervezas de múltiples estilos: desde cervezas de abadía a lambics, o desde cervezas blancas de trigo, hasta las roja flamencas. Entre todas ellas era posible encontrar tanto cervezas con una gran reputación sobradamente conocidas, como otras menos habituales que podían ofrecer sensaciones sorprendentes a los más cerveceros. Para saber qué cervezas eran ofertadas en cada stand, existía una completa lista en internet, clasificada por estilos, indicando productor y precio, lo que facilitaba, o dificultaba más aún la elección de las cervezas a tomar dada la variedad, ya que ante la imposiblidad de probarlas todas, resulta una difícil tarea escoger, dada la calidad general de la cerveza servida.

La mecánica...
En cuanto a la mecánica y organización del festival de cara al público resultó grato comprobar que a pesar de la gran afluencia de visitantes, el desarrollo de la feria se llevó a cabo sin incidentes y de forma bien calculada. El ambiente reinante en todo momento era festivo, y aunque las muestras de efusividad y alegría eran muy frecuentes, como es natural en este tipo de acontecimientos, en ningún momento se produjo ninguna situación desagradable o conflictiva.




Para la ocasión, la Grand Place se ve transformada, disponiéndose los puestos de cada productor en la zona central de la plaza, la cual es vallada para separar el paso de los turistas y viandantes de aquellos que quieren disfrutar de la feria. Como guiño hacia los cerveceros, cabe mencionar el detalle decorativo de incluir ramas de lúpulo en las vallas que delimitaban el perímetro, lo que ayudaba a identificar con claridad que aquello era una fiesta homenaje a la cerveza. El recinto contaba con varias entradas (6 en total, una por cada esquina y otras dos en el centro) por las que podía acceder gratuitamente el público. Pero además este año la organización quiso ampliar el área destinada al evento, debido a la creciente afluencia de visitantes año tras año, por lo que instalaron una barra de 50 metros con varios grifos detrás de la Grand Place junto al edificio de la bolsa, a la que llamaron "Beer Street".



Para degustar la cerveza, tanto en la Grand Place, como en la zona de la Bolsa, era necesario adquirir las chapas que se utilizaban como moneda oficial para el festival, ya que las consumiciones no podían ser abonadas directamente con dinero. Para poder adquirirlas existían varios puntos de venta convenientemente señalizados, dos en la Grand Place (uno junto al Ayuntamiento y el otro junto al Museo de la Ciudad), más un tercero junto a la Bolsa. El precio de cada chapa era de 1 euro, existiendo un mínimo número de 10 chapas, que componen el pack básico, junto con una moneda simbólica de color amarillo que funciona a modo de depósito por un valor de 3 euros.



El mecanismo de funcionamiento es muy sencillo, y quedaba perfectamente explicado con unos simples diagramas en la guía gratuita que daban en los puestos donde se adquirían las chapas: En el stand al que acudamos a degustar una de sus variedades debemos entregar la moneda depósito amarilla y entregar el número de chapas que corresponde a la cerveza que vamos a beber, según indica la tabla de "precios" que tiene cada puesto, pudiendo ser 2, 3 o 4 chapas dependiendo de la referencia elegida. Una vez consumida la cerveza, sólo queda devolver la copa al stand que corresponde, devolviéndonos de nuevo la moneda depósito para que podamos disfrutar de otra cerveza del mismo u otro productor. Un sencillo pero muy práctico modo de controlar los vasos por cada fabricante, ya que de este modo cada visitante se hace responsable de su vaso devolviéndolo al lugar que corresponde. Es necesario recordar que en Bélgica prácticamente cada cerveza lleva asociado su propio vaso, por lo que resulta especialmente crítico para el correcto servicio de la cerveza que quiere ofrecer cada productor.





En cuanto al horario del recinto del festival en la Grand Place oscilaba según la jornada: el viernes el día que comenzaba la apertura a una hora más tardía (a las 18:00, aunque la zona de la Bolsa abría dos horas antes) el festival cerraba sus puertas a las 21:45, mientras que el sábado lo hacía a las 20:45 desde las 11 de la mañana, y el domingo lo hacía aún a una hora más temprana, a las 19:45, abriendo igualmente desde las 11 de la mañana, resultando sin duda la jornada más tranquila de las tres. El ambiente, una vez que el sol comenzaba a caer, y la penumbra del ocaso se cernía sobre la Grand Place, iba ganando en animación hasta traspasada incluso la hora de cierre, hasta apurar las últimas copas, creando una imagen espectacular de la Grand Place donde eran frecuentes los brindis multitudinarios espontáneos, en las que los visitantes alzaban juntos sus copas.

En la zona de la Bolsa el ambiente era ligeramente más tranquilo e informal, aunque el formato de funcionamiento era prácticamente el mismo, con una ventaja respecto a la zona de Grand Place: la barra donde se disponían los diferentes grifos, era diáfana y totalmente lineal, sin separación física alguna entre productores y referencias. El hecho de que además los vasos compartieran diseño, usándose indistintamente para cualquiera de las referencias servidas, provocaba que resultara más cómoda la devolución del vaso para la recuperación de la moneda depósito.

El desarrollo...

El primer acto oficial que marca el comienzo de la celebración del festival, es una ceremonia religiosa que tiene lugar en la imponente catedral gótica de Bruselas construida en honor de los santos patrones de la ciudad San Miguel y Santa Gúdula. En dicha ceremonia se realiza la consagración simbólica de la cerveza, en honor a Saint Arnould (San Arnaldo en español, santo de origen belga, y patrón de los Maestros Cerveceros) mediante la bendición que otorga el cardenal de Bruselas al barril de cerveza que contiene la primera cerveza elaborada de la temporada y que anteriormente han colocado delante del altar los soldados vestidos con uniformes de corte español del siglo XVII, que han transportado y custodiado el barril desde la Maison de les Brasseurs hasta la catedral. La ceremonia contó con música sacra y una coral que puso una nota emotiva adicional al desarrollo de la ceremonia.








Al acontecimiento acudieron los miembros de la Federación de los Maestros Cerveceros Belgas, ataviados con su vestimenta ceremonial, donde destacan sus llamativas túnicas escarlata, y acompañados por personalidades locales, invitados y prensa. A la ceremonia tampoco faltaron los soldados, con su capitán y abanderado a la cabeza, que son los encargados de custodiar y proteger la cerveza consagrada y a los miembros de la comitiva, como manda la tradición. Resulta llamativo comprobar como los soldados se disponen a ambos lados de la entrada principal de la catedral, rindiendo honores a los miembros de la Federación, Caballeros e invitados.






Antes de entrar a la catedral, la comitiva al completo marchó tras el pelotón de soldados que portaba el barril de cerveza, suspendido por cadenas, realizando un desfile desde la Grand Place, donde se encuentra la sede de la Federación. Fueron además acompañados por una banda de música y un conjunto de clarines y trompetas que parecen tocadas por un conjunto de personajes salidos de otra época por su indumentaria, y que llenó de colorido las calles por donde discurrieron, llamando la atención de lugareños y turistas.


Tras la conclusión de la ceremonia religiosa, la comitiva volvió a peregrinar por las calles más céntricas de Bruselas, trazando un recorrido diferente hasta llegar de nuevo al Ayuntamiento de la ciudad, el edificio más bello y singular, sin duda alguna, de toda la Grand Place, donde los miembros de la Federación, Caballeros, invitados y prensa se encuentran convocados para asistir al que quizás es el acto oficial de mayor relevancia entre los miembros del sector cervecero: el nombramiento de los Caballeros de la Cerveza.



En el salón gótico del Ayuntamiento tiene lugar esta ceremonia de investidura de los Caballeros de la Cerveza, un ritual cargado de simbología y tradición, con la presencia  de una de las herramientas más antiguas usadas por los Maestros Cerveceros, la pala de bracear la malta, que sustituye a la espada para el nombramiento de los caballeros. El objeto de este acontecimiento es premiar el trabajo, el tesón, la fidelidad y la pasión por la cerveza belga de aquellos que perteneciendo al mundo cervecero y su entorno, demuestran con su dedicación todas estas cualidades, diginificando y promocionando la cerveza de aquel país. 

Cada año la Federación elige a este grupo selecto de personas a nivel mundial, que merecen a su juicio el honor de ser nombrados Caballeros de la Cerveza. El encargado de hacer de maestro de ceremonias de todo el acto y que fue marcando la pauta del guión es el Gran Maestre de la orden de los Caballeros Cerveceros, Charles Leclef que a su vez es el propietario  de la célebre cervecera Het Anker de Malinas. Una vez finalizada la ceremonia los caballeros, provistos de una copa recién servida con cerveza hacen un brindis conjunto, dando por concluida la parte correspondiente a su nombramiento.


Además de la ceremonia del nombramiento de los Caballeros, varias personalidades como el Alcalde de la ciudad, Freddy Thielemans y el propio Gran Maestre, realizan varios discursos,  salpicados con alguna nota de humor, donde queda claramente patente la poliglotía de los bruselenses, usando indistintamente neerlandés, francés e inglés. En sus mensajes se aprecia la gran pasión que siente el pueblo belga por la cerveza, uno de sus productos gastronómicos estrella en el mercado y por el que son mundialmente reconocidos, junto con los exquisitos chocolates entre otros. Algo que también quedó de manifiesto en el enormemente apasionado discurso dado por el representante de la Federación de la Industria Gastronómica Belga (conocida como "Belgian Food" y cuya página web www.food.be merece una visita), que fue uno de los elegidos para ser nombrado Caballero. Su lema lo dice todo: "Pequeño país, gran comida". Al margen de la pasión y entusiasmo mencionados, el mensaje que más caló entre el respetable fue el repetido por Charles Leclef en su discurso: "Amemos la cerveza belga, hecha con sumo cuidado, pero que ha de consumirse con responsabilidad".



Tras las salida del Ayuntamiento tiene lugar la inauguración oficial del recinto ferial de la Grand Place. Durante dos horas, el recinto queda a disposición de los invitados y la prensa acreditada, antes de la apertura al público, y es cuando resulta más sencillo poder hablar tranquilamente con los productores, dada la limitación de acceso, motivo por el cual es aprovechado este lapso de tiempo por parte de miembros de la industria del sector, como productores, hosteleros, distribuidores y comerciantes, para intentar estrechar lazos comerciales y hacer negocios.



A lo largo del fin de semana tienen lugar otros dos acontecimientos muy llamativos de cara al visitante y que provoca que la concentración de público sea aún mayor. El primero de ellos tiene lugar el sábado al mediodía, donde se realiza un desfile de carruajes clásicos tales como los que eran utilizados en antaño por los fabricantes cerveceros para transportar la cerveza, mediante animales de tiro. 





Entre los carruajes más vistosos se encontraban sin duda los de la cerveza Kwak, de la cervecera Bosteels, en los que se puede apreciar el gancho situado junto al cochero para el que se diseñó la forma de probeta tan peculiar del archiconocido vaso de Kwak durante la época napoleónica. La explicación histórica se centra en la imposiblidad de que el cochero pudiera bajar del carruaje en las paradas efectuadas en tabernas y cervecerías durante la ruta, según dictaba la legislación de la época.

El domingo la Grand Place también se llena de colorido, gracias a los miembros de las "logias cerveceras" de cada una de la fábricas que se congregan en la Grand Place, vestidos con símbolos que los hace claramente identificables para el gran público, poniendo la nota simpática y llamativa como casi colofón de tres días de fiesta en honor a la cerveza belga.

Las cervezas...



Probé en primera instancia hasta el momento en que la zona de la Grand Place abriera sus puertas al público, 2 cervezas gracias al par de consumiciones con los que la organización obsequiaba a los acreditados de la prensa: la Piraat Tripel Hop de Van Steenberge, una strong golden ale belga, más potente que una triple, y bien conocida como es la Piraat, que en esta ocasión era "vestida" con una lupulización extra, lo que dotaba de unos matices aromáticos con presencia de cítricos y plantas silvestres, que complementaban la contundente base de malta y caramelo que había en el fondo, logrando un resultado delicioso. También tuve oportunidad de probar la Verhaeghe Barbe Rubi, una de las muchas cervezas lámbicas de frutas que tuve ocasión de probar durante la feria, siendo una muestra más que aceptable dentro del estilo, con las características notas aromáticas a cereza dulce replicadas en el paladar, donde el gusto resulta muy agradable, aunque en parte dominado por un excesivo dulzor afrutado, pero ocupando un lugar para nada desapercibido entre los amantes del este tipo de cervezas. 



Visitando los diferentes stands tuve la oportunidad de encontrarme con el Abad Erik y el Padre Karel de la Abadía de Grimbergen, a los que conocí personalmente durante la presentación oficial de la nueva imagen de la marca en Madrid, y a Erik De Coene, directivo de Cervebel, una de las principales distribuidoras de cervezas de importación en España, y que tuvo el detalle de invitarme a una Lindemans Lambic, una auténtica lambic, carente de espuma y repleta de matices ácidos bien contenidos, que finalizaban un en un regusto seco y astringente, que podía llegar a resultar adictivo. Una experiencia única sin duda, nada habitual en nuestra geografía, ya que las cervezas lámbicas de grifo son muy difíciles de encontrar en las cervecerías especializadas de España, entre otros motivos, porque es un estilo aún con mucho camino por recorrer para ser aceptado y demandado por un sector importante del público.

Mi podium particular de todas las cervezas inéditas para mi, probadas durante las tres jornadas de feria, lo componen:
Medalla de oro: Rodenbach Caractère Rouge, una Red Flanders Ale muy compleja, excelente que viene a ser la nueva versión de la célebre Rodenbach Alexander, donde confluyen el carácter de las roodbruin, con sus matices agridulces con toques de frutos rojos y madera, junto con el dulzor natural de la fruta macerada en barrica. Es un despliegue de matices a bayas, frutas del bosque y cerezas, que finalizan con un regusto mitad ácido, mitad agrio, perfectamente acoplado y acompañado de una astringencia adicional proporcionada por el mayor contenido alcohólico. Absolutamente deliciosa. Sin duda lo mejor que tuve oportunidad de probar durante la feria.
Medalla de plata: Piraat Tripel Hop, cambiando de estilo y tal como comentaba anteriormente en el mismo post, es una excelente versión de la tradicional Piraat, donde el lúpulo queda patente en aroma y sabor complementando los matices habituales una strong golden ale, con su habitual cuerpo maltoso, elevado contenido alcohólico y toque de levadura, que es tan frecuente entre este tipo de cervezas belgas.
Medalla de bronce: Eucasinnes Cookie Bier, elegida por lo sorprendente de los matices desplegados por ella, ya que en ella abundan las notas a canela, nuez moscada, jenjibre y galleta, por lo que provoca reminiscencias hacia las pumpking ales norteamericanas, pero con un cuerpo más ligero y resultando más fácil de tomar. Dulzona, compleja, deliciosa y a mi juicio bien compensada a pesar de su carácter dulce, lo que provoca reticencias en muchos cerveceros. Tal y como oí comentar a un visitante de la feria es como "beber un pastelito de Belem". Perfecta para acompañar a postres.



De entre las cervezas ya conocidas por mi, pero que opté por volver a probar en algunos casos directamente servida de barril, mi podium es el siguiente: 
Medalla de oroGouden Arend 125 aniversario, edición especial por el 125 aniversario de la fábrica de Ryck, y que en mi opinión supone uno de los tres mejores exponentes a nivel mundial que hay en el estilo de triple belga.
Medalla de plataLa Duchesse de Bourgogne, una oud bruin de la cervecera Verhaeghe que probada de barril es una experiencia nueva, donde los matices destacables de esta cerveza se ven aumentados en grandes proporciones y que genera muestras efusivas de reconocimiento por aquellos que la prueban, incluso por primera vez.
Medalla de bronce: La Blanche des Honelles de la brasserie Abbayé des Rocs, y que es la cerveza blanca de trigo de estilo belga con mayor cuerpo, alcohol, y riqueza de matices de todo el mercado, superando incluso a la excelente wit de Sint Bernardus, dentro del mismo estilo.

En los siguientes posts hablaré de las visitas a las fábricas de cerveza de Cantillon y de Het Anker en la pequeña pero bella ciudad de Malinas, dos grandes representantes de la cerveza belga, cada una en su estilo. Y también hablaré de los locales y tiendas especialmente recomendadas en la capital belga para aquellos que quieran gozar plenamente de tan maravillosa bebida. 

Comentarios

  1. Excelente entrada en donde nos muestras no sólo el aspecto lúdico del Belgiar Beer Weekend sino también el aspecto histórico de lo que representa el festival que yo desconocía por completo.

    Mi más sincera enhorabuena.

    Por otro lado me alegro saber que tu medalla de oro sería para la Rodenbach Caractère Rouge. Tengo una botella en casa y si para ti es tan buena no debes estar muy equivocado.

    Lo que más me ha llamado la atención es que cada cervecera use su propio vaso/copa; se ve que cuidan el más mínimo detalle hasta en este aspecto. Está claro que en un festival como este hay que ir a 'tiro fijo' con muchas cervezas y llevar un planning estipulado si uno no quiere verse inflado de cerveza en poco rato bebiendo copas de 33cl.

    Un saludo y lo dicho. Enhorabuena

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    1. Muchas gracias! Te puedo garantizar que tienes una auténtica joya en tu bodega con esa Rodenbach Caractère Rouge. La disfrutarás sin duda. En cuanto a lo de las copas, confieso que a pesar de conocer muy bien la "política" del servicio de la cerveza en Bélgica, donde respetan mucho la elección de la copa apropiada, me sorprendió un tanto que lo mantuvieran durante el festival en el área de la Grand Place, pero con el mecanismo de la chapa depósito lo solventaron muy bien, y el funcionamiento fue fluido. Resulta más higiénico y purista que andar continuamente enjuagando un único vaso. Particularmente me gusta mucho más. Y otra cosa también, la capacidad de la copa variaba de unos stands a otros. En mucho casos eran de 20 cl, e incluso menos, como un catavinos, pero en otros también era superior. En cualquier caso sí que era necesario seleccionar las cervezas a probar, porque la variedad era totalmente inabarcable. Yo me centré en lámbicas, oud bruin y krieks. Pero también alterné con otras conocidas que no había probado de barril o que sencillamente quería repetir por lo excelentes que son, como el caso de la Gouden Arend. Salu2!

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  2. Magnífico post, solo una pequeña y ligera puntualización, la beer street no es algo nuevo de este año, ya estaba el año pasado. Además el año pasado, abrieron el edificio de la bolsa(precioso por dentro por cierto), y pusieron allí un stand de cervezas y comida además de venderte las fichas. La gouden arend 125 es... mmmmmm espectacular!!!!!!

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    1. Muchas gracias por las felicitaciones y la puntualización. Por lo que tenía entendido la Beer Street era algo novedoso en el programa del festival, con objeto de aliviar un poco la masiva afluencia de público a la zona de la Grand Place. A mi me parece una gran idea, que da otro aire al festival, y que permite alternar de una zona a otra. Sin duda que la apertura del edificio de la Bolsa, que ya resulta majestuoso de por sí admirando su exterior, hizo aún más especial el acontecimiento de la edición pasada. Y con respecto a la Gouden Arend sólo decir, que es una de las pocas cervezas que me han cautivado desde la primera vez que la probé, convirtiéndome en un fiel admirador. Siempre la recomiendo, y nunca defrauda. Salu2!

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  3. Post muy completo sobre uno de los festivales más populares de la ciudad. Aún así, ¡no sabríamos que cerveza escoger! ;) Saludos

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    1. Sin duda, uno de los mejores festivales cerveceros más importantes a nivel mundial. Efectivamente resulta muy difícil escoger entre tanta variedad en la que hay cabida para todos los gustos. Recomendable para viajeros de todo tipo. Es todo un espectáculo para los sentidos! Salu2!

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  4. Este año han echo algunos cambios, por ejemplo los vasos han sido más pequeños y pusieron algunos WC gratuitos (antes todos eran de pago) lo que se agradece bastante...En general muy divertida la feria excepto por un detalle muy feo que tuvieron conmigo, El tipo de uno de los stands no me queria devolver la ficha amarilla una vez que llevé el vaso (el domingo a punto de cerrar ya)alegando que se le habían terminado, que no era su problema y que me las apañara como fuera. Pues si la cosa es ficha = vaso, está claro que alguien se llevó la mía y eran 3 euros, finalmente mi maridito consiguió que se la devolvieran, menos mal que le tengo para estos casos jeje...
    Las cervezas casi todas un nivelazoooooooo!!!

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  5. Los WCs gratuitos son un detalle, pero estando alojado en un hotel a escasos 200 metros de la Grand Place, no era necesario recurrir a ellos, pudiendo ir en caso de emergencia :) Aún así muy valorable positivamente tal y como comentas. Lo de la ficha... es una faena, pero dada la cantidad de gente que acude al festival es hasta cierto punto comprensible que sucedan cosas similares a la que comentas. Está claro que alguien se llevó una ficha que no le correspondía, pero entre tanto visitante es normal que haya alguien con cierta picaresca. El hombre en teoría si no podía darte la chapa porque no le quedaban, no podía darte los 3 euros, no sabe si obras o no de buena fe, y no creo que le quedaran y te dijera que no. Pero bueno, ahí tuviste al final a tu marido que consiguió al final la chapa ;). Dialogando si sabes idiomas se consiguen al final las cosas y los belgas suelen ser gente muy razonable. Me alegro que disfrutases del festival y sus cervezas. La verdad es que efectivamente el nivel en general era muy alto. Salu2!

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  6. BUFFFF, LA VERDAD ES QUE NO SABRÍA QUE PROBAR CON TANTA OFERTA, JAJAJA, ACABARÍA POR LOS SUELOS XDD.
    SI LO LLEGO A SABER TE DIGO QUE ME TRAIGAS ALGUNA CHAPA DE LAS QUE VALÍAN COMO MONEDA. TENGO ALGUNA DE OTRO AÑO ( PONE BELGIAN PARADISE )NO SE SI LA HABRÁN CAMBIADO, LA HE VISTO YA EN DOS COLORES.
    LA GOUDEN AREND OS LA PILLÉ EN LA TIENDA POR LAS BUENAS CRÍTICAS QUE HABÍA OIDO Y DESPUES DE ESTE POST, ¡MAS GANAS TENGO DE ABRIRLA! JEJEJE. HABRÁ QUE BUSCAR UNA OCASIÓN, QUIZÁ EL AMIGO TEDDY ME PUEDA AYUDAR PROXIMAMENTE, JIJI.
    ME HA GUSTADO MUCHO EL TRASFONDO HISTÓRICO, LA FERIA YA LA HE VISTO Y ME LA HAN COMENTADO MAS VECES, PERO LA FOTO CON LOS DOS PAYOS LLEVANDO EL BARRIL COMO EN LA ETIQUETA DE MAES NO TIENE PRECIO.
    ME SORPRENDE MUCHO EL TEMA DE LOS BAÑOS ¿BAÑOS DE PAGO? PONLOS AQUÍ, VERÁS LO QUE RECAUDAS, JAJAJAJA.
    EN FIN, EXCELENTE POST, COMO SIEMPRE JAB, NOS TIENES MAL ACOSTUMBRADOS XDDDDD
    UN SALUDO!

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    1. Un entorno como la Grand Place, el trasfondo histórico, los actos oficiales y los desfiles de carruajes y las hermandades cerveceras, complementan el atractivo cervecero que de por sí tiene el festival reuniendo tantas referencias diferentes. A mi personalmente me entusiasmó. Disfruté como un colegial. De las chapas que comentas no me quedé ninguna, me las "bebí" todas, pero recuerdo que eran como describes. En cuanto a la Gouden Arend 125 estoy seguro que no te defraudará. Podemos hacer apuestas ;). Y los baños eran gratuitos, y curiosamente no estaban inutilizados o inservibles como sucede en las ferias españolas donde se atreven a ponerlos. Muchas gracias por los halagos Jorge! Salu2!

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  7. ¡Grandísimo post JAB! De verdad, gran currada, y con tu amenidad habitual. Bravo :-).

    Aún no siendo amante de las formalidades, tengo que reconocer que todo el ritual previo a la inauguración me parece muy atractivo; algo que espero poder presenciar en directo en otras ediciones futuras...

    Cerveceramente, me imagino que espectacular. Me quedan ganas de probar tu número 3 de conocidas, que por ahora no he tenido el placer y la pintas genial, y naturalmente la primera de las desconocidas.

    Veo con alegría que sigue tu historia de amor con la Arend 125. Tengo que hacerme con otra pronto. Está claro que no eres el tipo de tiendero que quiere engañar al cliente ;-).

    Un abrazo y a ver si te veo pronto.

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    1. Aprecio mucho los halagos y felicitaciones, más aún viniendo de tu parte Joan!
      Lo que comentaba a Jorge respecto a todo lo que rodea el BBW: ese aire de tiempos pretéritos, con clarines, música, los soldados transportando la cerveza, la ceremonia en la catedral, te transportan a otra época y el nombramiento de los caballeros o los desfiles de carruajes son dignos de ver. Aquí no tenemos esa cultura cervecera, y eso que precisamente Carlos V, nacido en Gante, fue quien introdujo la cerveza como industria, por primera vez en España... pero todo se andará. Estamos en el buen camino. Respecto a la Gouden Arend 125, efectivamente lo mío es un amor incondicional, por lo que no puedo hablar mal de ella, ni nombrar defectos, que para mi no los tiene, pero ya dicen que el amor es ciego ;) Lo mejor es que aquellos que quieren comprobarlo guiados por mi entusiasmo y recomendaciones, han coincidido hasta ahora conmigo, y la verdad es que en materia cervecera no soy para nada celoso. No sé si será bueno o malo para un negocio ser muy sincero (algunos opinará que sí y otros que no), pero no he engañado nunca al cliente, mi reputación me precede y hay que mantenerla ;). Un abrazo! Seguro que nos vemos!

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  8. y qué bien lo pasamos!!!
    muy buen resumen del fin de semana, a ver cuando nos ponemos nosotros a ordenar nuestras fotos y nuestras ideas
    Coincido contigo con lo de la rodenbach, para mi han sido una de las grandes y buenas sorpresas de este viaje, ya que no las había probado, y no solo esa, me gusto mucho la grand cru tb
    besos!!!

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    1. Lo pasamos muy bien la verdad. Las Rodenbach son unas de tantas injustamente "olvidadas" (por la oleada de novedades y rarezas que inundan el mercado especializado), ya que son el modelo de un estilo. Auténticas obras de arte en la industria cervecera. Junto con las lambic fueron las estrellas del viaje. Coincidimos plenamente. Estaré atento a vuestras fotos. Salu2 chicos!!!

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  9. Buena crónica, la mía será mucho más corta jejeje

    Para mí esta feria ha sido el descubrimiento de las Gueuze que hasta ahora no podía con ellas y sobre todo con las Flanders Red, especialmente la Rodenbach Caractère Rouge y su hermana Vintage que es lo mejor que tomé en la feria

    Saludos!!

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