Salón de Gourmets de Madrid 2014, la cerveza va ganando terreno



La semana pasada se celebró en el Recinto Ferial Juan Carlos I de Madrid, la XXVIII edición del Salón de Gourmets, una de las ferias gastronómicas más importantes a nivel nacional e internacional, y que tras asistir por tercer año consecutivo, se ha convertido en una cita habitual en mi agenda de ferias en las que la cerveza tiene un protagonismo especial (y en la de otros bloggers y profesionales a los que pude saludar). Este año tuve la fortuna de ser invitado por Claudio, responsable de la microcervecera almeriense Far West, al cual agradezco su atención y tiempo prestados.

La edición de este año me ha sorprendido gratamente ya que la presencia cervecera ha sido significativamente mayor que en pasadas ediciones. A pesar de ello, los productos que podrían ser coronados como reyes indiscutibles del Salón, fueron el vino y el queso, con permiso de los embutidos, en especial el jamón. Pero la cerveza en esta ocasión, supo ser una gran invitada al festín para los sentidos que fue esta edición del Salón de Gourmets, no sólo con la aportación que suponen las referencias de pequeños productores independientes, que trataron de promocionar sus productos en los stands regionales correspondientes a cada una de las provincias y autonomías españolas, sino también con las actividades que se organizaron entorno a la cerveza y sus posibilidades gastronómicas, como pareja perfecta de algunos alimentos, destacando entre ellos el queso. También hubo presencia de cervezas venidas fuera de España, con algunos ejemplos de buenos productos importados de Japón, Finlandia, Estonia, Reino Unido, Alemania, Holanda y Bélgica.




No tardé más de un par de minutos, tras atravesar las puertas del primer pabellón que visité, en advertir que la edición de este año iba a resultar la más interesante de cara a los aficionados a la cerveza. En el centro del mismo había un gran y vistoso stand de la conocida cervecera Hijos de Rivera - Estrella Galicia, la marca nacional dentro del sector que mayor crecimiento y expansión está teniendo en el mercado actualmente, y que apostó este año por no pasar desapercibida, organizando uno de los eventos que más interés suscitó entre el público y prensa asistente, como fue su cata de cervezas de importación maridadas con quesos gallegos





En su stand había grifos de sus más conocidas referencias, como la popular 1906 de la que conozco muchos adeptos, y también resultaba llamativo observar la cantidad de botellas de referencias de importación como Erdinger y Duvel entre otras conocidas marcas, fruto de los recientes acuerdos de distribución con algunas cerveceras de capital extranjero. 



Completando la oferta de productos en el stand, era posible encontrar sidras ecológicas de la fábrica Maeloc, marca que descubrí las pasadas Navidades, y que me dejó muy gratas sensaciones.

Tras la primera toma de contacto con la industria cervecera presente en el Salón, la siguiente cerveza que este año probé en el Salón de Gourmets, fue la riojana Ceriux, de la que había visto algunas botellas con antelación el el Club del Gourmet de El Corte Inglés. Tenían 3 variedades ofertadas:  la Rubia, una cerveza elaborada con malta de trigo y mosto de uva blanca, y la Tostada, elaborada con maltas tostadas, lúpulos nobles y mosto concentrado de uva, ambas dirigidas a la restauración y la Palax, una lager enfocada al público joven. Aparte de estas tres referencias mantienen en su porfolio, una cuarta referencia, la Negra, pero no formaba parte del abanico de productos ofertados en el stand.



La siguiente cerveza con la que me topé, fue todo un descubrimiento. En la zona de productos de la provincia de Málaga, había un rincón reservado para una joven cervecera de Torre del Mar, la Múrex, que toma su nombre del molusco que los pescadores fenicios extraían del mar para obtener su famoso tinte de color púrpura. En la actualidad la cervecera elabora 5 referencias diferentes: Rubia, Ámbar, Doble Malta, Negra y la que ellos mismos consideran la joya de la fábrica, la Caña de Azúcar, una cerveza enriquecida con el sabor del jugo de la caña de azúcar, que añaden para su elaboración, en homenaje a la tradición de la caña de azúcar en la comarca.



Tras las primeras tomas de contacto con el producto, la siguiente parada obligada era el stand dedicado a la cerveza artesana, dentro del área del Taller de los Sentidos, y que estaba compartido por varias microcerveceras nacionales: como por ejemplo la burgalesa Brebajes del Norte, presentes con su Dolina Kölsch, la madrileña Archi con su única variedad por el momento, su Pilsen Bohemian Premium, la alicantina Nispra de la mano de la Cooperativa Agricola de Altea, que ya estuvo presente el año pasado con su cerveza con níspero, como parte del proyecto para promocionar el níspero, la toledana Ébora de Talavera de la Reina, con sus nada menos que 7 variedades: Rubia Mediterránea, Rubia Clásica, Roja, Tostada, Negra, Triple Malta y Amarga, y la catalana Montseny, con sus referencias Malta, Blat, Castanya, Negra, Lupulus, Hivernale, IPA y Malta Cuvée.



Completando la presencia en el stand, se encontraba la microcervecera almeriense Far West, con Claudio al frente, con el que tuve el placer de conversar acerca del futuro de la industria y el panorama actual del mercado. Allí tenían listas para ser degustadas, o para comprar las cervezas que forman parte de su nutrido portfolio: Golden Star Ale, Black Diamond Ale, Red Wine Ale, Kölsch Ale, Sarvage Ipa Suave, Predicador, Rauchbier Ahumada, y Bad Barley que ya he tenido oportunidad de probar en otras citas cerveceras. 



Además tuve el placer de ser uno de los pocos privilegiados que pudo degustar su variedad más especial, y que no se encuentra comercializada por el momento, bautizada como Tremenda, una cerveza muy potente con nada menos que 14º de alcohol y de perfil dulce, con un color marrón oscuro y espuma prácticamente nula, desprendía notas intensas a melaza, azúcar, caramelo, madera y lo que personalmente identificaba como Oporto. Una cerveza lejos de las que el público suele consumir, quizás algo alicorada y con exceso de dulzor, pero de gusto profundo y delicioso. Lo más curioso es que se trataba de una cerveza que no había estado envejecida en barrica. 



De entre todas las probadas en este stand destacaría especialmente junto con el experimento de Claudio,  la IPA de Montseny, elegante, aromática, cítrica, floral y muy bien balanceada y su Malta Cuvée, envejecida en roble francés, resultando una cerveza cálida y compleja, con ligeras notas de brett. También me agradó la Rubia Mediterránea de Ébora, cítrica, fresca y muy ligera, que recuerda a las cervezas blancas de trigo belgas. 



Junto a este stand se encontraba la presencia de un atractivo proyecto, que ya es una realidad, en el que se conjugan lo mejor de dos mundos que me apasionan dentro de la gastronomía, la cerveza, por un lado y por el otro lado, el que posiblemente es su mejor compañero de mesa, el queso. El nombre lo dice todo, Cheese & Beer. Se trata de un club gastronómico con dos grandes expertos al frente que comparten no sólo pasiones, sino también nombre: José Luis Ramírez, maestro cervecero formado en Bélgica, al que muchos lectores conocerán por ser el fundador del mítico Oldenburg en Madrid, y José Luis Martín, uno de los mayores expertos de quesos de nuestro país, con una dilatada y experimentada trayectoria en el mundo del queso. El funcionamiento del club es bien sencillo, y permite a  sus socios poder recibir en su domicilio un lote presentado en caja de madera con dos botellas de cervezas de 75 cl. y una selección de 4 porciones de 200 gr. de exquisitos quesos para degustar junto con las cervezas. Lo mejor de todo es que no existe requisito alguno de permanencia. 



Además tuve la oportunidad de disfrutar de la cata que impartieron juntos ambos maestros con los productos seleccionados para lo que iba a ser la próxima entrega del club. Por un lado se pudo degustar una Blanche de Namur, una witbier belga, combinada acertadamente con sendos quesos de la provincia de Zamora, el primero elaborado a partir de leche cruda de oveja llamado Laurus (de pasta dura, elegante, afrutado, ligeramente dulce y con notas a frutos secos), y por otro lado, el Hircus, hecho con leche cruda de cabra (de pasta blanda, mantequilloso y con aroma a vegetales como coliflor, que termina transformándose el aromas amoniacales con el tiempo). Para el segundo grupo de quesos, la elegida fue un clásico entre los clásicos, la Chimay Azul, una cerveza trapense de gran calidad, por la que siento una especial debilidad. Los quesos de la segunda tanda de la cata, eran procedentes de tierras asturianas. Por una parte se pudo degustar un Geo de Lezama (de corteza lavada, oloroso, equilibrado, con matices a mantequilla) y por otra parte para finalizar, y como remate sensacional a la cata se sirvió una porción de queso Gamoneu (ligeramente ahumado, de pasta dura, algo picante y con notas tostadas) de la comarca de Cangas de Onís.


Tras la visita al Taller de los Sentidos que incluyó alguna incursión muy productiva y gratificante en otros terrenos como el del sushi o los quesos artesanos nacionales, la siguiente cervecera artesana que descubrí fue Grana, que a pesar de lo que pueda parecer por su nombre, no procede de tierras granadinas sino de algo más al este, de Murcia. Fue una de las sorpresas agradables que encontré en la edición de este año a través de la única referencia elaborada por la fábrica hasta la fecha. Se trata de una cerveza muy aromática, con presencia de intensas notas afrutadas a mango, malta y caramelo. Muy fácil y agradable de beber. Un gran comienzo para esta pequeña fábrica murciana a quienes animo a seguir en la misma línea.



Junto a los murcianos de Grana se encontraban los abulenses de Sierra de Gredos con una seleccionada presencia, ofreciendo a degustar de entre su variada gama de cervezas la Rubia, la Doble Malta y la Whisky, la más especial y diferente de las tres.



Gisberga, era la representante de las microcerveceras aragonesas. El nombre, acertadamente elegido, es una clara alusión a la primera reina aragonesa. Estas cervezas, elaboradas en el pueblo oscense de Belver de Cinca, a orillas del río del mismo nombre y de la mano de Ferrán Ferrer, con quien tuve oportunidad de conversar, son cervezas que son producidas con aguas procedentes del Pirineo Aragonés y las maltas utilizadas como ingrediente, provienen de cereales cultivados en la zona. En el stand era posible probar sus referencias a petición del visitante: Lager, Trigo, Porter y Pale Ale.



La Loca Juana, la microcervecera de Íscar (Valladolid) también estuvo presente en el Salón a través de una actividad de maridaje con carnes, en un stand dentro del área dedicada a productos de Castilla León. Para la ocasión ofreció una versión con un lupulizado distinto y sensiblemente más amarga de su referencia "Loca Rubia", una Pilsen con lúpulos Magnum y Saaz, 25 IBUs y 4,5º de alcohol, que al parecer goza de buen éxito en la región. Su otra referencia, la "Hermosa Pelirroja" es una especie de ámbar ale, más caramelizada, con 5,5º de alcohol, 30 IBUS,  y lúpulos Northern Brewer y Celeia.



Paseando por los pasillos tuve la oportunidad de contemplar en directo una cata de las cervezas vallisoletanas Vila Dones, de Villabáñez, que ofrecía para degustar sus tres variedades: La Gold Dones, la Red Dones, y la Black Dones. Lamentablemente me uní a la cata cuando ya se encontraba en su tramo final, y sólo pude degustar la última de las tres referencias ofrecidas, la Black Dones, que podríamos situar en el terreno de las porter, y que me dejó buenas sensaciones. Acompañando a la cerveza sirvieron unos deliciosos aperitivos de hojaldre y morcilla, cocinados en directo, y que suponían un acompañamiento muy acertado para la cerveza.



Finalmente y prácticamente sin tiempo disponible pude comprobar la presencia de la microcervecera Mica de Burgos, con su Oro Ale Premium que ya conocí en la última y reciente edición de Madrid Fusión, y también la cerveza valenciana Antara elaborada con chufa, detalle que me llamó poderosamente la atención, aunque que no pude llegar a degustarla, ya que no la habían enfriado aún en el momento en el que pasé por su stand.




Pero tal y como comentaba al comienzo del post también hubo presencia cervecera internacional en el Salón Gourmets. Aprovechando el gran espacio que tuvo reservado Japón, como país homenajeado en esta edición, las cervezas artesanas japonesas Hitachino quisieron forma parte del escaparate culinario del país del sol naciente, contando con un rincón del stand donde era posible conocer de cercas sus cervezas y sakes. Siendo ya conocidas por mi algunas de las referencias de la fábrica de la familia Kiuchi, aproveché la oportunidad para poder hablar con Victor Ambrosio, el nuevo importador de estas cervezas, y para degustar alguna otra variedad inédita para mi de su portfolio, como la Nipponia (rica en matices cítricos y frutales propios de la variedad japonesa de lúpulo Sorachi Ace), o la Red Rice Ale (elaborada con arroz rojo con notas a frutos rojos y florales), mis dos favoritas, y de paso poder revisar sensaciones de algunas ya conocidas por mi como la Ginger Ale, o la White Ale, por ejemplo.


Al margen de las japonesas Hitachino, las cervezas foráneas que mayor visibilidad tuvieron en el Salón, fueron sin duda las procedentes de Finlandia y Estonia, gracias al vistoso y abarrotado stand de los productos importados por Shaman Iberia, donde destacaban las cervezas del grupo Olvi, como las lager SandelsTuplapukki, y las ales de estilo inglés Le Coq, estas últimas de Estonia, entre otras. Fue sin duda uno de los stands estrella dada la simpatía y generosidad de quienes lo atendían, que no escatimaron en ningún momento muestras del producto de regalo para los visitantes interesados. 






Para mi gusto la cerveza que más me convenció de las ofrecidas en este stand fue la Tommu Hiid de Estonia, una cerveza de maltas tostadas, que me recordó a las dunkel bávaras, y que ofrecía delicadas notas a grano tostado, toffee y caramelo, bajo un cuerpo y textura cremosos, resultando equilibrada y fácil de beber. Pero no sólo había cervezas en este stand. Igualmente resultaron muy interesantes las sidras con frutas, como una de grosellas que pude probar, deliciosas, y sus numerosos mixers y refrescos con alcohol, con sabores a frutas muy agradables y fáciles de beber, ideal para amenizar las reuniones estivales al aire libre. 




Para finalizar, cabe destacar también la presencia de la importadora catalana de productos gourmet Delitast, en cuyo catálogo se encuentran tres gamas de cervezas bien diferenciadas:
- La gama Celt Experience: Cervezas de estilo británico procedentes de Gales, embotelladas en formato de 50 cl., como es habitual en las cervezas británicas, vestidas con elegantes etiquetas, y caracterizadas todas ellas por ofrecer un bajo contenido en alcohol (entre 3,3º y 5,6º) y por ser cervezas muy sabrosas, de carbonatación baja o moderada y un uso del lúpulo acentuado. Las referencias que mantiene en su catálogo son: Golden, Native Storm, La Tène, y Bleddyn.



- La gama Dass: Se trata de cervezas orgánica y de producción limitada elaboradas en Tournai (Bélgica), que tienen el honor de ser las primeras y únicas cervezas belgas, que se encuentran certificadas por la Soil Association UK, organismo que se encarga de verificar aquellos alimentos considerados como saludables y sostenibles con el entorno. Dentro de su portfolio es posible encontrar la Dass White, una witbier belga, y dos cervezas sin gluten, una Daas Blond y una Daas Ambrée, ambas con 6.5º de alcohol y de sabor y aroma típicamente belgas.


- Y la gama de cervezas holandesas Iki, elaboradas con productos asiáticos e inspiradas en las culturas orientales, especialmente la japonesa. Sin embargo son fabricadas en Bélgica. Actualmente mantienen en catálogo dos variedades: la Iki Yuzu, para la que se utilizan hojas de té verde Sencha y Yuzu, y la Iki Ginger, que contiene hojas de té verde Sencha y Jengibre.

Y con esto doy por concluida la crónica de lo que dio de sí esta edición del Salón Gourmets, muy prometedora en lo referente a materia cervecera, de cara a lo que pueda deparar en sucesivas ediciones. Esperemos que este avance sea un paso más, importante y firme,  en el camino que aún queda por recorrer hasta lograr ocupar el lugar que merece, aunque afortunadamente cada día esté un poco más cerca. Salud!

Comentarios

  1. Año tras año mejora la cosa y me alegra mucho que así sea. Veo varias cervezas que me llaman la atención, como las Hitachino (me alegra que por fin puedan llegar con estabilidad), las estonias Olvi y compañía, el muñeco de metal de Far West y esa Tremenda... Y también veo unas cuantas artesanas que no tenía controladas... En fin, menuda envidia! Esperemos que la cosa siga yendo a más! Un abrazo, Juan!

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    1. Pues efectivamente, las que has nombrado son las que mejores sensaciones me transmitieron. Entre esas artesanas de nueva remesa me gustaron especialmente la Grana, y las Uila Dones. Y no veas cómo ha crecido la presencia cervecera. Esperemos que el año que viene haya más y mejor! Un abrazo!

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  2. La verdad es que es una gozada poder asistir a un acontecimiento de este tipo...un verdadera envidia sana sentimos los que vivimos lejos del mundanal ruido...a muchos cientos de kms. de dónde suceden las cosas...Que ganas como amante de la cerveza y como coleccionista de tapones corona...que también habría unos cuantos...jejejeje!! ! Felicidades...un reportaje muy completo, ameno e ilustrativo de un acontecimiento que da la impresión de crecer año tras año...

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    1. Muchas gracias por las felicitaciones hacia el post. Efectivamente tienes razón, los que vivimos en una gran ciudad como Madrid y Barcelona somos unos privilegiados. Tenemos la fortuna de poder ser testigos de primera mano de los grandes acontecimientos e importantes eventos como esta feria de relevancia internacional. Cada año la cerveza está más presente en ella, y es algo que me alegra profundamente. Salu2!

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  3. HOLA JABITO, YO SOLO PUDE IR UNA MAÑANA Y NO DÍ ABASTO CON TODO, HUBIERA TENIDO QUE IR POR LO MENOS DOS Y COMPLETOS, PARA ESTAR AGUSTO Y NO PERDERME NADA, PERO BUENO, LA MAYORÍA DE LO QUE ME INTERESABA SI PUDE VERLO.
    LA TREMENDA LA TENGO EN CASA, QUE COMPRÉ ALGUNA, AUNQUE LA PROBÉ CONTIGO Y NO ME PARECIÓ NADA MAL. ME GUSTAN LAS CERVEZAS DE CLAUDIO, LE DESEO LA MEJOR DE LAS SUERTES, ES UN TIPO MUY MAJO.
    DE UILA DONES HE PROBADO ALGUNA Y ME HAN GUSTADO BASTANTE, DENTRO DE UN NIVEL INTERMEDIO, PERO LA GRANA LA PROBÉ DEL GOURMET DEL C. I. Y ME PARECIÓ HORROROSA. ¿MAL CONSERVADA O MALA EN SI? TENDRÉ QUE REPROBARLA Y CONFIRMAR, YA VEREMOS.
    LOS MUREX ME LOS PERDÍ, AL IGUAL QUE LAS HITACHINO, AUNQUE YA HABÍA PROBADO VARIAS Y NO ME ERAN DESCONOCIDAS.
    LAS DOLINA NO ME HICIERON ESPECIAL GRACIA Y ÉBORA.... NO ME HA GUSTADO CASI NADA DE LO QUE HE PROBADO, TANTO DE BOTELLA COMO DE BARRIL.
    Y LAS CELT YA LAS PROBÉ HACE MAS DE UN AÑO Y NO SON NADA DEL OTRO MUNDO, POR MUY GALESAS QUE SEAN, NO SE YO SI TENDRÁN MUCHO MERCADO O NO.
    LO BUENO ES QUE ( ADEMÁS DE LO QUE COMPRÉ Y LO QUE ME REGALARON ALGUNOS PRODUCTORES ) UN COMPAÑERO DEL FORO TAPÓN CORONA CONSIGUIÓ OTRA NUEVA DONACIÓN DE LA NUEVA CHAPA DE GREDOS. COMO VES, AQUÍ HAY PARA TODOS JAJAJA.
    JAVI CASTILLO ME COMENTÓ QUE EL AÑO PASADO LE PARECIÓ POCA LA PRESENCIA DE LA CERVEZA EN EL SALÓN. YO CREO QUE ESTE AÑO HA AUMENTADO BASTANTE, AUNQUE SIGUE SIENDO, EN BUENA PARTE, CERVECERAS A LAS QUE LES CUESTA IMPLANTAR SU PRODUCTO EN TIENDAS ESPECIALIZADAS O SALIR DE SUS ZONAS DE INFLUENCIA.
    ESPERO QUE LO PASARAS MUY BIEN COMPI. UN ABRAZO! ;D

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